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WASHINGTON, 6 de enero (Quadratín México).- La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) inició hoy la celebración de la Semana Nacional de la Migración con una campaña que solicita una reforma migratoria para legalizar a 11 millones de inmigrantes indocumentados.
“Los católicos tienen la responsabilidad de dar la bienvenida a los recién llegados en nuestras comunidades y parroquias, ayudarlos a integrarse y proveer apoyo material y espiritual que les permita florecer”, dijo el arzobispo de Los Angeles, José Gómez.
“La Semana Nacional sobre Migración es una oportunidad para la Iglesia para recordar y reflexionar sobre estas obligaciones”, señaló Gómez, presidente del Comité sobre Migración de la USCCB.
El tema de este año también celebra el décimo aniversario de la carta pastoral conjunta “Ya no somos extranjeros: juntos en el camino de la esperanza”, emitida en 2003 por la USCCB y la Conferencia del Episcopado Mexicano.
En la carta pastoral los obispos reflexionan sobre la migración entre México y Estados Unidos como una “señal de los tiempos” que es necesaria y beneficiosa aunque con desafíos y esperanzas, indicó la USCCB en un comunicado.
Como parte de la celebración de este año, el Departamento de Servicios de Migración y Refugiados de la USCCB tiene prevista una campaña de tarjetas postales en la que exhorta al Congreso a aprobar una reforma migratoria justa.
Los puntos centrales incluyen un camino a la ciudadanía para los indocumentados, la unidad familiar, una vía legal para inmigrantes que busquen trabajos no especializados, el restablecimiento de protecciones en las políticas de cumplimiento de las leyes de inmigración.
Asimismo, piden que se aborden las causas de la migración provocada por persecución y la desigualdad económica, según informaron los obispos en el sitio www.justiceforimmigrants.org.
La administración del presidente Barack Obama y el Congreso “deben trabajar juntos” para lograr esos objetivos, dijo el arzobispo Gómez.
En una entrevista con Notimex en noviembre pasado durante la reunión anual de la USCCB en Baltimore, Maryland, Gómez dijo que la Iglesia católica tiene el propósito de trabajar “intensamente” en 2013 para lograr una reforma migratoria.
“Estamos rezando y esperamos que nuestros gobernantes se den cuenta de la importancia de este asunto, y actúen rápido lo más pronto posible para que se inicie este proceso y podamos tener la reforma lo antes posible, ese es mi deseo”, puntualizó.
El departamento de Seguridad Interna (DHS) divulgó la semana pasada la entrada en vigor a partir del 4 de marzo de una regla que evitará la separación de ciertas familias durante el proceso para que sus miembros obtengan su residencial legal en el país.
La nueva regla permitirá a ciertos inmigrantes que se encuentran en el país ilegalmente solicitar una exención provisional antes de viajar a sus países como parte del proceso para obtener una visa de inmigrante.
Antes, si una persona había vivido más de seis meses o un año en el país, sin papeles, estaba sujeta a un castigo que consistía en prohibirles el ingreso y la estadía legal en Estados Unidos por tres y 10 años, respectivamente.
En su mensaje de los sábados, Obama reiteró que el compromiso en su segundo mandato es una reforma al sistema de inmigración, además de otros temas como la creación de empleos, la independencia energética y el control de las armas de fuego.
Los obispos iniciaron hace 25 años la celebración de la Semana Nacional de la Migración para dar a los católicos una oportunidad de participar en la diversidad de culturas en los ministerios de la Iglesia.
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