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EL CAIRO, 26 de diciembre (Quadratín México).- El presidente egipcio, Mohamed Mursi, promulgó la nueva Constitución redactada por islamistas que afirma que ayudará a poner fin a las turbulencias políticas y le permitirá enfocarse en recomponer una economía muy frágil.
La ansiedad por la profundización de la crisis económica ha perturbado a Egipto en las últimas semanas, y muchos han acudido con prisa a los bancos para retirar sus depósitos, antes de que el gobierno impusiera nuevas restricciones para reducir una fuga de capitales.
Los resultados anunciados el martes mostraron que los egipcios aprobaron el texto constitucional con una abrumadora mayoría de 63.8 por ciento, allanando el camino para unas elecciones parlamentarias dentro de dos meses.
El triunfo les da a los islamistas su tercera victoria seguida en las urnas desde el derrocamiento del veterano autócrata Hosni Mubarak en una revolución en el 2011, luego de otros triunfos en comicios parlamentarios y presidenciales.
La presidencia dijo que el martes por la noche Mursi firmó un decreto que pone en vigencia la Constitución después del anuncio oficial del resultado de un referendo en el que se aprobó la ley fundamental, la primera desde la caída de Mubarak.
El texto ha agudizado las dolorosas divisiones en la nación con mayor población del mundo árabe y desató protestas violentas en las calles de El Cairo.
Grupos opositores condenan la nueva Constitución porque dicen que es demasiado islamista y poco democrática, afirmando que podría permitir que los religiosos intervengan en el proceso legislativo y dejar a grupos minoritarios sin una protección legal adecuada.
Pero Mursi, catapultado al poder por sus aliados islamistas, cree que adoptar el texto es clave para poner fin a dos años de turbulencias e incertidumbre política, que han azotado a la economía.
El presidente argumenta que la nueva Constitución ofrece suficiente protección para todos los grupos, asegurando que muchos egipcios están cansados de las protestas callejeras que han impedido un retorno a la normalidad y distrajeron al gobierno de enfocarse en la economía.
Una atmósfera de crisis se ha profundizado en Egipto desde la votación. Muchos egipcios acudieron a los bancos para sacar el dinero y convertirlo en divisas que atesoran en sus casas.
Empeorando las preocupaciones de la gente, las autoridades impusieron una nueva prohibición para entrar o salir del país con más de 10 mil dólares en divisas, lo que aparentemente busca frenar una fuga de capitales.
Sacudida por protestas violentas antes del referendo en dos etapas de este mes, El Cairo estaba tranquila. Sólo un pequeño grupo de manifestantes quemó neumáticos por la noche.
El gobierno de Mursi dice que sus opositores afectan a la economía al prolongar la inestabilidad política. El mandatario ha prometido aplicar impopulares alzas de impuestos y recortes de gastos para conseguir un paquete crediticio del Fondo Monetario Internacional.
Estados Unidos, que ofrece miles de millones de dólares al año en asistencia militar y de otros rubros a Egipto y lo ve como un pilar de la seguridad en Oriente Medio, pidió a los políticos egipcios que resuelvan sus diferencias y que todas las partes rechacen la violencia.
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