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CIUDAD DE MÉXICO, 10 de septiembre de 2018.- El diputado federal del PT, Benjamín Robles propuso al presidente electo Andrés Manuel López Obrador que ante la polémica para construir el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), se abra otra licitación a la iniciativa privada, con el objetivo de concluir su construcción.
Lo anterior, luego de señalar que los 113 mil millones de pesos contemplados para su edificación, según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), son insuficientes ya que el total de esta inversión no contempla, dijo, el mantenimiento continuo que se tendrá que dar a los subsuelos por los problemas que presenta.
Afirmó que este factor hace que la viabilidad financiera del proyecto pueda ponerse en riesgo; además, advirtió que de no cumplir los compromisos de deuda con la iniciativa privada, el Estado terminaría rescatando la obra.
“El subsuelo rocoso del nuevo aeropuerto se ubica a profundidades de entre 20 y 60 metros, por tanto, se requiere de cinco mil pilotes a los cuales hay que hacerles drenaje vertical, ya que en algunas zonas el suelo tiene de 30 a 60 por ciento de humedad y la duración de dichos pilotes será de 7 a 12 meses, debido a la salinidad del suelo”, detalló.
El petista señaló que esta obra ha presentado poca certeza en lo referente a su costo, y recordó que a inicios de 2016, la SHCP mencionó recursos autorizados de 104 mil 396 mdp, cantidad que se elevó a finales de ese mismo año a 180 mil 122 mdp, un incremento del 72.5 por ciento.
Para 2018, apuntó, la cifra se estimó en más de 113 mil mdp; sin embargo, dijo que persiste la duda de cuánto realmente costará la obra; asimismo, destacó que el financiamiento del proyecto se ha emitido con deuda pública, “con fachada de deuda privada”, la cual tiene como garantía la recaudación del derecho de uso de aeropuerto.
“Si los gastos de mantenimiento del proyecto son inciertos por el que deberá dársele de manera continua a las pistas, terminales y demás instalaciones por la calidad del suelo, los flujos netos previstos serán insuficientes para cubrir los compromisos de deuda, por lo que el Nuevo Aeropuerto puede convertirse en el siguiente proyecto que tenga que ser rescatado por el Estado”, advirtió.
Ante ello, refirió que si la obra es viable, los inversionistas privados tendrán que despejar, dijo, las incertidumbres de cuánto cuesta realmente, y cuál será la cantidad de dinero necesaria para su mantenimiento.
“Si ningún inversionista privado asume los riesgos, estaremos ante la plena certeza de que las voces que hoy se levantan en defensa de la nueva terminal aérea solo lo hacían buscando su beneficio particular y no el bien de la nación”, puntualizó.