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CIUDAD DE MÉXICO, 12 de septiembre de 2024.- Los gobiernos no están aprovechando plenamente el potencial de la protección social para contrarrestar los efectos de la crisis climática y apoyar una transición justa, según un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El informe también concluye que los países más vulnerables a los efectos del cambio climático suelen tener los niveles más bajos de protección social.
El Informe Mundial sobre la Protección Social 2024-2026: Protección social universal para la acción climática y una transición justa concluye que, por primera vez, más de la mitad de la población mundial (52,4 por ciento) tiene algún tipo de cobertura de protección social. Esta cifra es superior al 42,8 por ciento de 2015, año en que se adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Sin embargo, en los 20 países más vulnerables a la crisis climática, el 91,3 por ciento de las personas (364 millones) aún carecen de algún tipo de protección social. En términos más generales, en los 50 países más vulnerables al clima, el 75 por ciento de la población (2.100 millones de personas) carece de cualquier cobertura de protección social. A nivel mundial, la mayoría de los niños (76,1 por ciento) carecen aún de cobertura de protección social efectiva. También existe una importante brecha de género, ya que la cobertura efectiva de las mujeres va a la zaga de la de los hombres (50,1 por ciento y 54,6 por ciento, respectivamente).
Estas brechas son especialmente significativas, dado el papel potencial de la protección social para suavizar el impacto del cambio climático, ayudar a las personas y a las sociedades a adaptarse a una nueva realidad climáticamente volátil, y facilitar una transición justa hacia un futuro sostenible.
«El cambio climático no reconoce fronteras, y no podemos construir un muro para mantener la crisis fuera. La crisis climática nos afecta a todos y representa la amenaza más grave para la justicia social hoy en día», dijo Gilbert F. Houngbo, Director General de la OIT.
«Muchos de los países que están sufriendo las consecuencias más brutales de esta crisis están especialmente mal equipados para hacer frente a sus consecuencias medioambientales y sobre los medios de vida. Debemos reconocer que lo que les ocurra a las comunidades afectadas nos afectará a todos…»
La protección social universal encabeza la lista de herramientas que tenemos a nuestra disposición para ayudarnos a garantizar que la crisis climática no agrave las desigualdades y la exclusión existentes en las comunidades afectadas.
Gilbert F. Houngbo, Director General de la OIT destacó que la protección social puede ayudar a las personas a adaptarse y hacer frente a las crisis relacionadas con el clima proporcionándoles prestaciones de protección social, como la seguridad de los ingresos y el acceso a la atención sanitaria.
Además, puede amortiguar a las familias, los trabajadores y las empresas durante la transición ecológica y permitir prácticas económicas más sostenibles. Esto incluye apoyar a los trabajadores con formación y mejora de sus cualificaciones, de modo que estén equipados con conocimientos y habilidades para el empleo en sectores verdes y con bajas emisiones de carbono. La protección social también garantiza que todos los empleos sean decentes, con protección y prestaciones adecuadas.
«La protección social es esencial para garantizar que la actual transición energética verde y baja en carbono no deja a nadie atrás. Y el imperativo de hacer universal la protección social no es sólo ético, sino también práctico: apoyando y protegiendo a los trabajadores en todas partes, podemos ayudar a aliviar los temores sobre la transición, lo que es esencial para movilizar el apoyo popular a una transición sostenible y justa», añadió el Director General.