Recomienda IMSS disfrutar época decembrina sin descuidar la salud
CIUDAD DE MÉXICO, 8 de noviembre (Quadratín México).- La obesidad es uno de los temas que más preocupa a la sociedad, sobre todo la infantil, pues cada vez más aumenta el número de casos en los pequeños, y es que de acuerdo a investigadores de la UNAM y a la Organización Panamericana de la Salud, la publicidad de alimentos y bebidas dirigidas a este sector les genera daños a su salud.
“La publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia es de productos que no son recomendables y que contribuyen a la epidemia de sobrepeso y obesidad que vivimos”, aseguró el doctor Enrique Jacoby, asesor regional en nutrición de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Al respecto, el presidente del Colegio Mexicano de Bariatría, A.C., David Montalvo Castro coincide en que la oferta de comestibles altos en carbohidratos, azucares y grasas en las tiendas escolares, es un factor que influye en la obesidad infantil.
Y advierte que en la actualidad, otros elementos que contribuyen de manera importante en la obesificación de los infantes, es el bombardeo en medios electrónicos y de otros tipos, con publicidad de golosinas de dudoso valor nutritivo, que de alguna manera genera el arraigo de malos hábitos alimentarios.
En la edad escolar, señala Montalvo Castro, el niño interactúa más intensamente con sus compañeros y aprende que otros niños comen con estilos diferentes al de su familia y es frecuente que intercambie el lunch que lleva a la escuela.
También se expone a muchas horas de televisión, durante las cuales es bombardeado con anuncios de alimentos industrializados con alto contenido de carbohidratos y/o azúcar, cuyo consumo aunado a la poca actividad física pueden convertirlo en obeso.
Por ello, el funcionario de la OPS, lamenta que la autorregulación de la publicidad dirigida a los niños no esté dando resultados positivos como lo mandata la Organización Mundial de la Salud (OMS), pues refiere que según estudios internacionales, el interés de las empresas por incrementar sus ganancias sobre pasa al de la salud de los pequeños.
El doctor Enrique Jacoby asegura que la obligación del Estado es proteger la salud de la población, por eso se requiere el desarrollo de regulaciones que de manera efectiva protejan la salud de la infancia.
Durante un evento donde se trató el tema de la autorregulación de la publicidad de alimentos y bebidas, se dijo que ésta no ha logrado detener el daño que está generando en la salud de niños y niñas, por lo que se afirma la urgencia de que el Estado desarrolle una regulación que vele por los derechos de la infancia, de la salud y de una alimentación adecuada y saludable.
A su vez, la experta en derecho a la información del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Issa Luna coincide en que dicha regulación de la publicidad, en nuestro país no ha dado suficientes resultados, por lo que los esfuerzos en la materia deben ser emprendidos por las autoridades sanitarias, de educación y de consumo.
Pues también consideró actuar de manera urgente para detener la epidemia y los riesgos a la salud. Es obligación del Estado proteger los derechos humanos de los infantes, como su derecho a la salud, que es violentado por los particulares responsables de los productos y la publicidad.
Durante la conferencia se explicó que la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia se ha identificado como uno de los factores responsables del deterioro de los hábitos alimentarios desde edad temprana.
Desde 2004, la Organización Mundial de la Salud en la Estrategia Global sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud advirtió claramente que la publicidad de alimentos y bebidas es un factor que daña los hábitos alimentarios de la infancia, además de que se aprovecha de su “credulidad e inexperiencia”.
Por ello, la OMS en mayo de 2010, presentó una serie de recomendaciones a los gobiernos para “proteger a los niños y las niñas de este tipo de publicidad”.
Sin embargo, se dijo que en lugar que el gobierno mexicano tomara la iniciativa para regular ese tipo de publicidad, las empresas presentaron su propia autorregulación, el Código de Autorregulación de Publicidad de Alimentos y Bebidas No Alcohólicas (Código PABI), que entró en vigor el 1 de enero de 2009.
Es así que en México, el sector privado a través de la formulación e implementación del Código PABI ha definido los términos bajo los cuales se han reformulado las prácticas publicitarias dirigidas a los menores de 12 años.
Los expertos señalaron en ese evento, que los términos establecidos en ese código no son los adecuados y por ende no protegen al público infantil del impacto de la publicidad sobre los niños.
La investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública y experta en el tema del marketing social y estudiosa del Código PABI, Florence Theodore, destacó la importancia de desarrollar desde el Estado, una regulación eficaz de las prácticas publicitarias que como se ha documentado en otros países, podría contribuir a frenar la obesidad.
Lo atractivo de los mensajes publicitarios y los altos volúmenes que se destinan a promover esos “alimentos”, el crecimiento en su consumo repercute en la dieta de los mexicanos.
Y aun cuando el problema de la obesidad no puede atribuirse únicamente a la publicidad, si es una parte importante del mismo, consideró Carola García Calderón, investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM y especialista en el tema de la publicidad.
Y es que dice el doctor Montalvo Castro, que además del bombardeo publicitario existen diversos factores que propician la obesidad infantil, como es la inseguridad en las calles, lo que genera que los padres ya no permitan que los hijos salgan a jugar.
También la falta de espacios verdes y centros deportivos de libre acceso; así como la escasa cultura de la práctica de deportes, es otro factor para generar obesidad en los pequeños.
Asimismo, nula educación en nutrición que se imparte en las escuelas; la inclusión de las madres modernas en la fuerza laboral para incorporar su ingreso a los gastos familiares; y la tendencia a la desaparición del desayuno en casa y del refrigerio casero que se llevaba a la escuela.
¿Podemos prevenir la obesidad? El especialista afirma que sí. Dice que existen dos niveles de prevención que pueden ayudar a frenar el crecimiento de la obesidad infantil: los que se pueden proporcionar en la casa y en la escuela, sostiene David Montalvo, quien fuera presidente de la Asociación Mexicana para el Estudio de la Obesidad y Trastornos Alimentarios, A. C.
La labor de formación e información alimentaria que puedan darle sus maestros será decisiva para el futuro del niño mexicano estándar, y la que aporten sus padres de manera complementaria en casa, pues el niño aprenderá más de lo que vive, que de lo que escucha.
De muy poco servirá que en la escuela se le enseñen conductas higiénicas saludables, si en su casa no se llevan a la práctica. La educación del binomio padres-hijos es fundamental para poder frenar en el futuro el avance de la obesidad, asegura el médico bariatra.
Hay que recordar, dijo, que el niño obeso no es responsable de lo que come ni del peso que haya alcanzado, sino el adulto, quien le da de comer en casa, le proporciona dinero para que compre en la escuela o en la calle.
Es quien además autoriza el tipo y presentación de productos de consumo que se expenderán en la tienda escolar; un adulto le pone cada día el ejemplo en la vida real.
Por ello asegura que el tratamiento para la curación definitiva de la obesidad debe estar enfocado al cambio en el estilo de vida, y debe incluir recomendaciones sobre alimentación, actividad física, horas de sueño, etcétera.
La obesidad es indudablemente una amenaza para la vida, es una enfermedad progresiva y crónica de proporciones epidémicas que afecta a todo el mundo con repercusiones mayores a lo imaginado.
Por ello, el especialista en medicina bariátrica David Montalvo sostuvo que es vital hacer algo para resolver este problema que ya nos rebasó y sumar esfuerzos para frenar el crecimiento, sobretodo de la obesidad infantil.
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