Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
La libertad dentro de una prisión puede experimentarse de múltiples maneras, la de soñar, vivir, reír, pensar en un porvenir, crear y expresar sus emociones a través del arte.
En los centros penitenciarios de la Ciudad de México hay un cambio sustancial fortalecedor de la reinserción social. Actualmente, 80 por ciento de las Personas Privadas de la Libertad (PPL) realiza alguna actividad laboral, principalmente artesanal o venta de alimentos, y 42 por ciento estudia.
Esa disposición revelada por quienes esperan o enfrentan una sentencia es también una convocatoria a la ciudadanía, empresarios y autoridades a terminar con prejuicios y estigmas obstaculizadores de una reintegración plena.
Según la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad 2021 del INGEGI, seis de cada diez PPL en la capital nacional considera que haber estado en un centro penitenciario afectará sus posibilidades de reinsertarse al ámbito laboral y 31 por ciento piensa que podría lograr integrarse a su familia.
Para revertir esos datos, el trabajo de Arturo Morell desde el Instituto de Reinserción Social de la CDMX adquiere una dimensión especial. Cuando era secretario de Gobierno, el actual Jefe de Gobierno, Martí Batres, lo invitó a ser parte del equipo.
Ahora, uno de los proyectos centrales en el proceso de reintegración es el teatro, arte con el cual Morell entró en contacto con internos de todo el país con el montaje del Festival Hispanoamericano de Pastorelas.
El teatro, dice en su libro Confía en ti y cambia tu entorno, es el pretexto para intervenir culturalmente una cárcel y explorar comportamientos y emociones de las PPL.
La práctica teatral se considera una técnica pedagógica para desarrollar la comunicación, cooperación, empatía, capacidad de esfuerzo o integración, facilitadoras de la readaptación y el abandono de conductas delictivas.
Es común en centros penitenciarios de países europeos. El proyecto de la compañía AufBruch, en el Centro Penitenciario Tegel en Berlín, o el de la compañía Théâtre du Fil en el Centro Penitenciario de Fresnes, tienen como objetivo principal la mejora de competencias sociales de las y los internos.
Actividades artísticas y lúdicas como la danza y el teatro son demostradamente útiles, pedagógicas y coadyuvantes para la reinserción social y un puente a la libertad.