Tregua verbal
Empecemos con una breve historia. Una vez conocí a una mujer – joven, divorciada – a la cual se le diagnosticó cáncer de mama. Ella tenía que trabajar para mantener a sus dos hijos mientras luchaba contra el cáncer. Aún así, ella hacía todo lo posible para mantenerse feliz en el trabajo, incluso más que sus compañeros. De hecho ella no sólo logró vencer al cáncer, sino que subsecuentemente se convirtió en una de las mejores vendedoras de su empresa.
Ella no era, como sucede, naturalmente alegre, al contrario, cuando empezó a trabajar de tiempo completo frecuentemente estaba deprimida. Sin embargo ella cambió usando las técnicas que les mencionaremos en este artículo. Aquella mujer alguna vez me dijo: Cuando eres infeliz, es porque has decidido ser infeliz.
Ser infeliz tal vez no sea una decisión consciente, tal vez es una decisión que se esconde en nuestro inconciente mientras no estamos alertas, sin embargo es una decisión. Y eso es una buena noticia, ya que podemos también decidir ser felices. Usted sólo necesita entender cómo y porqué usted toma ciertas decisiones.
¿Cuales son las reglas?
La felicidad y la infelicidad (en el trabajo y en la vida) resultan completamente de las reglas en nuestra mente que usamos para evaluar eventos. Esas reglas determinan qué es en lo que vale la pena concentrarse y cómo reaccionar en lo que nos concentramos.
Mucha gente tiene patrones que dificultan su estado de felicidad, y favorecen su estado de infelicidad.
Una vez trabajé con un vendedor que siempre estaba enojado con la gente con la que trabajaba; en el momento en que algo no salía como debía ser, inmediatamente gritaba y se exasperaba con la gente. Hacía infeliz a todo el mundo a su alrededor, pero sobre todo el se hacía infeliz a sí mismo, ya que casi todo le molestaba. Para esta persona las inconveniencias que suceden a diario en el ambiente laboral no sólo eran su principal motivo de disgusto, eran casi su obsesión.
Le pregunté en una ocasión qué era lo que lo hacía feliz, su respuesta fue: ¨La única razón por la que estoy en este maldito trabajo es por la posibilidad de ganar una cuenta de un millón de pesos¨. Le pregunté por la posibilidad de que eso sucediera, me contestó: ¨aproximadamente una vez al año¨.
En otras palabras esta persona tenía reglas personales que le garantizaban ser miserable casi a diario y ser feliz sólo una vez al año.
Uno de los otros colaboradores de ventas tenía exactamente las reglas opuestas, su filosofía era: ¨cada día sobre la tierra es un buen día¨. Cuando tenía malas experiencias simplemente las olvidaba, ya que según su proceder, simplemente no eran importantes. Cuando le pregunté qué lo hacía infeliz su respuesta simplemente fue: ¨no mucho¨, después de insistirle por una respuesta más clara finalmente me respondió: ¨Cuando alguien que quiero ha fallecido¨.
En resumen, el segundo compañero tenía reglas personales que facilitaban su felicidad y dificultaban su infelicidad.
Sería bueno mencionar que el compañero ¨positivo¨ regularmente superaba al compañero ¨negativo¨, sin embargo no era así, sus resultados de ventas eran casi los mismos. Aun así, creo que la persona negativa era un perdedor, ya que vivía cada día en un estado de infelicidad. Su colega estaba siempre feliz, ganando en la vida. Era feliz en el trabajo.
Sea usted feliz en 3 pasos
La vendedora que padecía de cáncer era feliz también, estos son los pasos que tomaba en cuenta para ser feliz.
1- Documente sus patrones de carácter
Tome usted media hora en privado y responda sinceramente estas preguntas:
– ¿Qué tiene que pasar para que yo sea feliz?
– ¿Qué tiene que pasar para que yo sea infeliz?
Ahora examine sus respuestas. ¿Ha sido más fácil ser infeliz o ser feliz?
2- Cree un mejor conjunto de patrones de carácter
Usando su imaginación cree y registre un mejor conjunto de reglas que faciliten su felicidad y dificulten su infelicidad, ejemplos:
– ¨Disfruto ver a la gente con la que trabajo todos los días.
– ¨Realmente odio cuando un desastre natural destruye mi casa¨.
No se preocupe si estas reglas son o no realistas, de cualquier forma las reglas internas pueden ser arbitrarias. Sólo escriba reglas que lo hagan más feliz si realmente las cree.
3- Coloque las reglas donde las pueda ver.
Cuando usted haya completado su conjunto de ¨nuevas¨ reglas, imprímalas y coloque las copias en tres lugares: su espejo de baño, el tablero de su auto, a un lado de la pantalla de su computadora. Déjelas ahí aunque las haya memorizado. Tener esas reglas visibles, aunque usted esté haciendo otras cosas, gradualmente reprograma su mente para creer esas nuevas reglas. Usted será feliz en su trabajo, así de simple.
QMEX/amgf/