La nueva propaganda es tan vieja como siempre/Felipe de J. Monroy
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El señor Marcelo Ebrard Casaubon ya se va, le quedan menos de mes y medio para seguir siendo el “mejor alcalde del mundo 2010”, nombramiento que le entregó en la primavera de 2011 la Fundación inglesa City Mayor.
Seguramente los ingleses se fueron con la finta de que esta ciudad ha sido gobernada con eficacia, con seguridad, sin corrupción; pero no es así.
Es sólo un asunto de percepción ante las matanzas de terror que se han vivido en estados como Coahuila, Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz, Jalisco y Chihuahua, por mencionar algunos.
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Hay un punto de discusión muy sui generis.
Se dice ahora que el Distrito Federal es la ciudad más segura del país.
Al revés de lo que se decía hasta antes de los 12 años de fracasados gobiernos federales panistas, cuando repuntó la narco violencia a niveles de terror y que al cierre de este 2012 deja un saldo de algo así como 65 mil muertos, entre buenos y malos.
A la muerte de los buenos entre el fuego cruzado y los abusos de policías y militares le llaman de manera estúpida e insulsa: “daños colaterales”.
¿Daños colaterales?, ¡ni madres, qué!
Pero eso es otro cantar, el tiempo y la distancia siempre pone a todos en su lugar. Cada quien tendrá que rendir cuentas, más tarde que temprano.
Remember Echeverría.
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A eso del dizque “mejor alcalde del mundo” diremos que sólo es un concepto, fue un “engaña bobos” más para hacerse de la candidatura a la Presidencia de la República, arropado por las mal llamadas izquierdas.
La inseguridad sigue igual que antes. Te asaltan, te roban en las calles. Te extorsionan por teléfono. Te asalta el taxista. Te roba el patrullero. Te “muerde” el de tránsito.
No hay agua en las colonias populares. No hay servicio eficiente de recolección de basura. Las calles están para llorar, llenas de baches.
Hay trampas mortales con remaches de tornillos en centenares de vialidades de la ciudad. Miles de personas se han tropezado y se han causado heridas graves sin que nadie responda por ello.
Se inunda la ciudad, se inundan los segundos pisos y sólo nos dan explicaciones imbéciles. “Encharcamientos”, les llaman.
La corrupción en las ventanillas de servicios en todas, pero todas las delegaciones políticas es de escándalo. Todo se arregla con una lana.
El que no haya aquí matanzas al estilo de los narcos no quiere decir que no haya inseguridad y desgobierno. A otro perro con ese hueso.
¿El mejor alcalde del mundo?
¿De dónde?
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Nos leemos en lunes.
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