Abanico
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Dice Luis carlos Ugalde que la nuestra es una sociedad “estatólatra”, es decir, tenemos arraigado el concepto de que el Estado, llámese gobierno federal, estatal o municipal, deben resolver todos los problemas.
Somos una sociedad acostumbrada al paternalismo y ese es otro de los graves problemas que padecemos.
En la entrevista que concedió a Quadratín México, el analista explica a profundidad su concepción de que corrupción, impunidad y clientelismo, son los males sistémicos que más daño han causado a la estructura social mexicana.
La alternancia en el poder no beneficia en nada a México.
El ejemplo más claro está en Tlaxcala, en donde el gobierno pasó del PRI al PAN y después al PRD. La corrupción y abuso de poder no desapareció ni menguó, por el contrario, se acentuó más.
Y es contundente: es más difícil combatir a los corruptos que a los narcotraficantes.
En cuanto a la estatolatría, los mexicanos estamos en una zona de confort, en donde dejamos que los otros hagan lo que tendríamos que hacer nosotros mismos para contribuir a ser un mejor país.
¡Zas! eso nos atañe a todos, a todos.
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De todo lo que dice el politólogo, otro de los puntos más excecrables es el clientelismo, y no porque los otros no lo sean, pero esa terrible manipulación de la gente ha corroído a nuestra sociedad hasta la médula.
Hay grandes fugas de dinero del presupuesto federal que van a parar a las arcas o a los bolsillos de los dirigentes gremiales como la CNC, el sindicato de maestros, los burócratas o los petroleros.
¿La solución?
Ir minando esas estructuras que son verdaderos cánceres sociales. México ha cambiado, pero puede estar mejor.
Debemos transitar hacia la creación de la República de la legalidad.
La Ley se debe aplicar sin distingos y sin consideraciones.
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Por cierto, está a punto de salir el número más reciente de Reporte Legislativo, de manufactura de Integralia. Ahora estará dedicado a la Asamblea Legislativa. Promete, como siempre, ofrecer información cuestionable de los personajes de ese Poder tan desacreditado.
Tan solo para abrir boca, adelantamos que dos mujeres ex asambleístas, una panista y otra perredista, quienes ahora son sendoras, brillaron por su opacidad en la ALDF.
La conducta de ambas damas, por decirles de alguna forma, deja mucho que desear.
Ya les platicaremos…
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Nos leemos el viernes, temprano
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