Abanico
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Elba Esther Gordillo es al SNTE lo que lo que Carlos Romero Deschamps es al sindicato petrolero; lo que Joel Ayala Almeida es a la FSTSE o Francisco Hernández Juárez es para los telefonistas; está el ejemplo de Joaquín Gamboa Pascoe, eternizado en la CTM, el líder prehistórico de la UNAM, y así, ahí están.
Son los amos y señores, entronizados y eternizados pastores de los trabajadores de México en todas las áreas y sectores, controlando los dineros y vidas y honras a capricho sin que haya poder humano o político que pueda con ellos.
Aunque sí hubo una vez en la historia alguien que los demostró que no son todo poderosos. Ese fue Carlos Salinas de Gortari, a quien sólo le veían las orejas grandes, pero tenía también los desos grandes.
Mediante procedimientos poco ortodoxos metió al líder petrolero “La Quina” al bote y al antecesor de la maestra, Carlos Jonguitud Barrios, lo destronó.
No, no hay nada que agradecerle, pues fue sólo una venganza personal porque no lo apoyaron como quiso en su campaña presidencial que ganó de manera dudosa.
En venganza contra el mal pueblo que votó en su contra, Salinas les impuso a Elba Esther Gordillo y a Carlos Romero Deschamps. Y ahí están, ahí seguirán. No se ve que el nuevo gobierno tenga ganas de enfrentarlos.
Al contrario, abonan por su permanencia. Emilio Gamboa Patrón, el líder del Senado, los apapacha, y requete bien.
En aquellos años fue fundamental el apoyo de Manuel Bartlett, a la sazón Secretario de Gobernación y al que se le “cayó el sistema” a la hora de contar los votos que extrañamente le dieron el triunfo a Salinas de Gortari y el derrotado fue Cuauhtémoc Cárdenas.
Ahora Bartlett alinea en las fuerzas vivas de las izquierdas, es senador por el PT.
Hay mucha historia turbia.
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Foto de poder
La fotografía que ayer hicieron circular de Elba Esther Gordillo acompañada del dirigente Petrolero, Carlos Romero Deschamps trae un marcado mensaje “para el que anda en Europa”.
Es un “aquí estamos, unidos y no te metas con nosotros”.
Con la llegada de los gobiernos panistas, de Vicente Fox y Felipe Calderón, fueron 12 años de descontrol. Por eso el desmesurado crecimiento del crimen organizado, pero también de la corrupción prohijada por los turbios líderes sindicales.
Los gobiernos panistas fueron incapaces de meterlos al orden, por el contrario fueron sus aliados y para tenerlos contentos le entregaron parte del poder político y económico que el pueblo creído puso en sus manos.
Podrán decir que no, y defender su mediocridad mediante todo tipo de argucias, pero las evidencias los desmienten. En este rubro los gobiernos panistas fueron un fracaso.
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Renovada esperanza
El pueblo bueno, el que votó a favor de Enrique Peña Nieto, y el que voto a favor de Andrés Manuel López Obrador, lo hizo con la renovada esperanza de que México cambie.
Pero no contaban conque ahí están, agazapados, muchos de los que han provocado los males de México, los dirigentes venales, corruptos, siempre dispuestos a comprar conciencias para mantener sus privilegios.
Hacen del chantaje y la presión sus principales armas. Detentan el poder mediante el control de las principales actividades económicas y productivas del país.
Un paro en sus sectores causaría un grave daño económico a la nación.
Por eso el mensaje “al que anda en Europa”.
Allá te lo aiga…
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Nos leemos el lunes, temprano
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