Atacan casa del subsecretario de Seguridad de Solidaridad, Quintana Roo
MORELIA, Mich., 20 de septiembre de 2020.- “Estoy lista, quiero seguir adelante, luchar por mí y por mis hijos”, son las palabras que Marina (nombre que utilizaremos por seguridad), joven mujer de origen indígena, expresó a poco más de un mes de llegar a la Secretaría de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres (Seimujer) en busca de ayuda.
Señala un comunicado que por más de ocho años Marina sufrió, en carne propia y la de sus hijos, violencia física, psicológica y verbal, entre otros tipos, por parte de su pareja sentimental, de quien afortunadamente pudo escapar. Su victimario ya fue denunciado por el delito de violencia intrafamiliar.
Actualmente tanto Marina como sus hijos menores reciben el acompañamiento integral de la Seimujer, sobre todo en cuestión psicológica para ayudar a superar los golpes físicos, maltratos y hasta las amenazas de muerte recibidas por parte de su agresor, también padre de sus hijos.
Sin embargo, tomar la decisión de poner un alto a casi una década de violencia por razones de género no fue sencillo, pues hasta su hija menor fue violentada a pesar de sus escasos meses de vida.
“Me pegaba y hasta mis hijos también vivían lo mismo: violencias, hasta que dije hasta aquí”, reveló al reconocer uno de sus grandes temores, que la separaran de sus hijos.
Marina admite que la normalización de la violencia contra la mujer se encuentra arraigada en su familia por lo menos tres generaciones arriba de la suya, ya que por vivencias y expresiones de su bisabuela es que “era tradición que los hombres le pegaran a sus esposas por no entender o hacer lo correcto”.
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