Ráfaga

• Imparable Terrorismo Contra Reporteros
• Hay Permanente Impunidad Para Los Atacantes
• ¡ALERTAN!, Periodistas Michoacanos en Grave Riesgo
• Gobernadores y Presidentes Municipales, Indiferentes
• Protesta Nacional del Agraviado Gremio, No Escuchada

Jorge Herrera Valenzuela

Señora Primera Presidenta de México, Los Autofestejos Con Porras Pagadas, Implican Gastos Millonarios Inútiles. Lo Importante de Su Gobierno No Está en Como Comienza, Sino en Cómo Terminará.

México mantiene un nada honroso y destacado lugar como País donde, en el presente siglo, ejercer la profesión u oficio de reportero es retar a la muerte.

Quienes pertenecemos a la Vieja Guardia del Periodismo Mexicano, a nivel nacional, sabemos que siempre han existido funcionarios gubernamentales que no admiten la crítica periodística. A ellos se unieron, con toda impunidad, los narcotraficantes que controlan la vida de mujeres y hombres, en gran parte del territorio.

Los asesinatos y secuestros de reporteras y reporteros, conductores de noticias electrónicas, analistas, comentaristas y columnistas, simplemente, para los gobernantes, son número de la estadística criminal.

Nunca olvidaré la declaración del fallido asesino de Ciro Gómez Leyva. Cínicamente aseveró, “si lo hubiera matado, nunca me hubieran detenido”. Eso es indignante y preocupante. Puede interpretarse como un acto de complicidad de las autoridades.

La guerra contra el gremio periodístico, se avivó, creció y endureció, en el sexenio pasado. El tabasqueño en sus inútiles “mañaneras” desdibujó la imagen de los reporteros, conductores y columnistas, atribuyéndoles corrupción en su actuar. Jamás presentó una prueba, pero los chairos lo aplaudieron.

La Primera Presidenta de México no ha definido su estilo para gobernar. Es eco y aplaudidora de lo que dejó su antecesor para hacer “el segundo piso de la cuarta transformación”, y lo sigue llamando “presidente”. Ya ha dado muestras de no querer tener una buena relación con la prensa impresa, radiofónica y televisiva.

ALARMA DE GARCÍA SEGURA

El viernes pasado, en las redes sociales, circuló un texto redactado por el respetado periodista michoacano, excelente amigo, José García Segura, revelando la serie de amenazas y persecuciones oficiales policíacas, a un grupo de reporteros de Radio Fragua, en el municipio Salvador Escalante, Michoacán.

Previo a comentar y reproducir parte del angustioso llamado de lo que ocurre en ese poblado de la región purépecha, recuerdo que varios colegas han salido de su fuente de trabajo ante las amenazas de muerte, de gobernadores y alcaldes, contra ellos y sus familias. No estoy autorizado para revelar nombres, porque se temen mayores represalias.

En el llamado urgente de García Segura, al gremio periodístico nacional, alerta que la presidenta municipal en Salvador Escalante, María Dayana Pérez Mendoza, militante del partido en el poder, emprendió ataques verbales, insultos, amenazas y presentó una denuncia, ante la Fiscalía General del Estado, inventando cargos.

La alcaldesa afirma tener el apoyo de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y el respaldo de Ramírez Bedolla, poniendo en riesgo La vida del colega Jazael Zaragoza García y el equipo que labora en Radio Fragua.

En Michoacán las estadísticas señalan que 14 periodistas fueron asesinados y 4 más están desaparecidos. La víctima más reciente, Mauricio Cruz Solís, cayó en los primeros días del actual sexenio presidencial, en octubre de 2024.

Dirigentes e integrantes de las organizaciones Colectivo #NiUnoMásMichoacán, #SinMásPeriodistasEnSusListas, #NoSilencioNoOlvido y #NoSeMataLaVerdad, exigen a los tres niveles de gobierno que procedan a detener esta ola criminal. La negligencia, el importapoquismo y la pasividad, otorgan impunidad a los asesinos sean o no de la delincuencia organizada.

Michoacán, es una de las entidades con múltiples denuncias de acto consumados contra quienes ejercen el periodismo. El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla jamás ha demostrado interés para que reporteras y reporteros, conductores y comentaristas, dejen de ser blanco de ataques físicos y amenazas.

Ramírez Bedolla como lo hizo Cuitláhuac García Jiménez, en Veracruz, minimiza las agresiones. En tierras veracruzanas los asesinatos estuvieron a la orden del día. Hoy Cuitláhuac cuenta con la protección de la Presidenta de la República. 

NADA JUSTIFICA A GOBERNANTES

Los gobernantes federales, estatales y municipales, sufren amnesia, son cómplices naturales de los presuntos delincuentes, muchos de ellos, sin que tengamos prueba de ello, son contratados por gente del poder gubernamental, como se sospecha en el ataque a Gómez Leyva, en diciembre de 2023.

Citar el número de hogares enlutados, de periodistas eliminados por ejercer su misión informativa, no resuelve nada. La última vez que hubo acción, fue en el siglo pasado al ser asesinado mi compadre Manuel Buendía. Todo es una serie de estadísticas. No hay identificación de los sicarios, las aprehensiones de sospechosos, resultan negativas.

Reconozco la tarea permanente que desarrolla el diligente colega Teodoro Rentería Arroyave, a través de organismos para demandar el esclarecimiento de los crímenes consumados a lo largo y a lo ancho del País.

No considero necesario repetir el trabajo de mi amigo Teodoro, relacionado con las estadísticas, detalladas, confirmadas y reveladas a la opinión pública, porque las autoridades las conocen y… ¡no hacen nada!, ¡no mueven un dedo!”.

También hay protestas impresas, muchas denuncias en las redes sociales, del Club Primera Plana, del Club de Periodistas de México, de la Asociación Mexicana de Locutores y de las agrupaciones estatales de nuestro gremio.

No solamente no cumplen con su deber, presidentes van y presidentes vienen, gobernadores entran y gobernadores salen, al igual los presidentes municipales.

¿Cómo se justifican?

Rompen el silencio, atribuyendo la responsabilidad “a los que nos antecedieron”.

El sexenio pasado, la situación se agravó y los únicos culpables, de acuerdo al tabasqueño son “los corruptos periodistas, los que añoraron sus prerrogativas, los que sirvieron a los conservadores, al neoliberalismo. En todas “las mañaneras” no hubo un día sin ataques contra reporteros, columnistas, analistas políticos, conductores de noticieros. Jamás presentó pruebas.

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