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CIUDAD DE MÉXICO, 20 de agosto de 2016.- El aumento del 10 por ciento al salario mínimo, que según Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) se hará efectivo a partir de octubre próximo, resulta totalmente insuficiente para que un trabajador cubra sus necesidades básicas, expresó el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Alejandro Ojeda Anguiano.
Luego de que se diera a conocer que el presidente nacional de la Canacintra, Enrique Guillén, anunciara, casi con bombo y platillo, que ese sería, de concretarse, uno de los incrementos más importantes de los últimos años, se informó en un comunicado, el legislador opinó que se trata de una mera simulación, pues no resuelve las carencias que sufren miles o millones de trabajadores.
Declaró que hasta ahora, de acuerdo a la Cepal, el salario mínimo en México se sitúa 33 por ciento por debajo de la línea de subsistencia, de tal manera que un incremento de siete pesos, significaría pasar de 73.4 a 80.4 pesos, lo que no resuelve las carencias que se han acumulado durante muchos años en detrimento del nivel de vida de los trabajadores y sus familias.
El diputado del Partido de la Revolución Democrática (PRD) comentó que el poder adquisitivo sigue estando muy por debajo de lo que se compraba con un salario mínimo de 1982, pues en tres décadas se ha perdido 70 por ciento de su capacidad adquisitiva.
Insistió en que un incremento de siete pesos diarios resulta raquítico, por la simple razón de que llevamos más de 30 años en una inercia de contención del salario mínimo.
Sostuvo que desde la administración pública ni los gobierno priístas ni mucho menos panistas, se han comprometido para lograr una recuperación real del salario mínimo, porque durante todos estos años el salario fue parte de las políticas de contención de la inflación, lo que ha orillado a millones de mexicanos a la pobreza y a la pobreza extrema.
Actualmente hay muchos discursos en el sentido de que hay una recuperación del poder adquisitivo gracias a la contención de los precios, dejándose de lado los recientes incrementos a las tarifas de los servicios por parte del Gobierno federal, como son las gasolinas y la energía eléctrica, expresó.
Explicó que si bien se argumenta que estos incrementos a las tarifas no repercuten en la mayoría de la población, el legislador del sol azteca manifestó que se deja de lado el hecho de que las mercancías o productos se tienen que transportar para llevarlos a las zonas de consumo, sin descontar que el incremento a gasolinas y las tarifas eléctricas para la industria, finalmente repercutirán en los precios al consumidor.
Por si fuera poco, señaló, el Banco de México (Banxico) se encarga de recordar a todos que un incremento sustancial de los salarios mínimos implicaría presiones inflacionarias, indicó el legislador perredista.
Además, mencionó que los bajos sueldos se han tomado como un factor de contención del índice de precios y un elemento para impulsar la competitividad de México en los mercados mundiales.
Tan es así, dijo, que ahora nos podemos vanagloriar que los salarios en México son de los más bajos del mundo, lo que presuntamente se vuelve atractivo para los emporios trasnacionales que con ello obtienen ahorros en sus costos de producción y, por supuesto, incrementan sus ganancias.