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CIUDAD DE MÉXICO, 24 de agosto (Quadratín México).- Con la reapertura del complejo arquitectónico Quetzalpapálotl y un nuevo modelo de visita pública, a partir de este viernes comienza la conmemoración del 25 aniversario de la Zona Arqueológica de Teotihuacán como Patrimonio Mundial.
Fue el 11 de diciembre de 1987, cuando esta urbe prehispánica, una de las más importantes de México, quedó inscrita en la prestigiada lista de la UNESCO.
En 2009, un equipo multidisciplinario de especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), coordinado por la arqueóloga Verónica Ortega Cabrera, se dio a la tarea de frenar los deterioros de dicho espacio, cercano a la Pirámide de la Luna, acumulados durante más de 45 años.
Ahora, luego de tres años de labores, el Quetzalpapálotl, también conocido como Quetzal-mariposa, luce dignamente como ejemplo de la arquitectura palaciega que se desarrolló hace mil 500 años en esta ciudad mesoamericana.
El complejo arquitectónico Quetzalpapálotl fue descubierto en 1962 por el arqueólogo Jorge Acosta, y se excavó y consolidó en esos años con motivo de la apertura de varios conjuntos monumentales del sitio arqueológico, en 1964.
Se trata de uno de los edificios más bellos que exponen la arquitectura de élite del centro ceremonial de la Ciudad de los Dioses.
La arqueóloga Verónica Ortega detalló que el palacio que da nombre al conjunto, tenía afectaciones debido al deterioro de los materiales usados para su reconstrucción en los años 60, por ello los trabajos emprendidos hace tres años estuvieron enfocados, principalmente, en la eliminación de humedades y en la canalización de aguas pluviales hacia fuera del edificio.
“También se realizaron esfuerzos en materia de restauración para preservar los enlucidos de estuco originales, las almenas que rematan el Palacio de Quetzalpapálotl, así como las columnas del Patio de los Pilares, cuyos quetzales y lechuzas labrados están asociados a la salida del Sol y a la noche, respectivamente.
“A su vez se intervino la pintura mural, única en toda la ciudad prehispánica. Sus diseños abstractos hacen alusión al agua y además tenía incrustaciones de mica y de obsidiana, por eso representa un modelo sin igual; aquí vemos cómo los teotihuacanos integraban plásticamente diferentes técnicas de decoración en las paredes”, anotó Ortega Cabrera.
Aprovechando los trabajos de rehabilitación, se hicieron sondeos arqueológicos que permitieron definir mejor las diferentes etapas constructivas del Quetzalpapálotl, y su importancia de la Plaza de la Pirámide de la Luna, espacio donde se localiza.
“Ahora sabemos que sus espacios cambiaron de distribución a lo largo del tiempo. En las primeras etapas, alrededor de 350 d.C., no existía acceso hacia la Pirámide de la Luna, esto comenzó a transformarse un siglo después, cuando el área llamada Caracoles Emplumados fue cubierta totalmente y sobre ella se edificó (hacia 450-500 d.C.) el Quetzalpapálotl, un espacio público donde se podía acceder desde la Plaza de la Pirámide de la Luna.”
Otro hallazgo relevante se dio en las habitaciones que rodean el Patio de los Pilares, abundó la arqueóloga del sitio, pues “ahí se encontraron drenajes que indican que en su interior se efectuaban actividades de tipo ritual; al parecer los sacerdotes se lavaban el cuerpo y el agua que corría salía teñida de rojo, ya que encontramos pigmento de este color”.
La reapertura del conjunto Quetzalpapálotl también inaugura un nuevo tipo de visita en esta zona arqueológica localizada en el Estado de México.
Con este propósito se diseñaron senderos que facilitan el flujo de personas y, específicamente en el Patio de los Pilares, se instaló un mirador en su lado oriente que permitirá apreciarlo sin afectar los pórticos que lo rodean.
Asimismo, las cédulas informativas dispuestas en distintos puntos amplían a detalle la información sobre el complejo arquitectónico. Los senderos y las rutas de circulación marcan el recorrido a partir del Patio de los Jaguares para continuar en el Edificio de Caracoles Emplumados y después ingresar al Quetzalpapálotl.
Con el apoyo de personal del área de Servicios Educativos del sitio, y de custodios, el acceso se realizará en grupos de 20 personas y con una permanencia de 10 minutos. El horario de visita es el mismo para el resto de la zona arqueológica, de 8:00 a 16:30 horas, todos los días del año.
La reapertura del Quetzalpapálotl “representa la puesta en marcha de un nuevo modelo de gestión, enfocado en que el visitante tenga la mayor información posible, comprenda mejor la función de los edificios, pero que también se involucre en la conservación del sitio, evitando exceder la capacidad de carga, y por tanto, el deterioro de los monumentos”.
Finalmente, Ortega hizo hincapié que esta reapertura da inicio a las actividades de conmemoración del 25 aniversario de Teotihuacan como Patrimonio Mundial, que incluirán trabajo con las comunidades y el montaje en octubre de la exposición:
Tres pirámides en el paisaje sagrado, que reunirá los datos más recientes de las exploraciones en las pirámides del Sol y de la Luna, así como en el Templo de la Serpiente Emplumada, de ahí que el Museo de la Cultura Teotihuacana exhibirá colección inédita.
QMex/ NTX/oab