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ACAPULCO, Gro., 11 de junio de 2016.- Elvira Contreras Ramírez y sus dos hijos han vivido un ‘infierno’ desde la noche del 4 de noviembre del 2014, cuando su pareja y padre, Adtzadai Hernández Cristóbal, fue asesinado por efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en la comunidad de Pénjamo, municipio de Coyuca de Benítez, Guerrero.
En entrevista, Elvira Contreras relata que su pareja era agente de la Policía Investigadora Ministerial y por ello había sido enviado a Costa Grande con la promesa de lograr la comandancia, pero su carrera se vio truncada esa noche de noviembre del 2014, cuando salió a patrullar junto con otros dos compañeros y al llegar a un paraje, fueron recibidos a balazos por militares, quienes se encontraban vigilando el lugar.
Adtzadai Hernández, de 28 años de edad, fue auxiliado por una ambulancia de la Cruz Roja, sin embargo, perdió la vida a causa de las heridas de bala que, según el dictamen pericial, se trató de una 7.62 milímetros disparada por un arma de uso exclusivo del Ejército.
La viuda, siempre acompañada de su abogado, Omar Benito Valdovinos Salmerón, relata que no sólo vive con la inesperada y dolorosa partida del padre de sus hijos, sino que también teme que el Ejército pueda atentar en su contra o la de su familia, ya que seis militares son investigados en la averiguación previa PGR/GGO/ACA/III/1306/2014, por el delito de homicidio en agravio de Adtzadai Hernández, quien fungía como coordinador habilitado el día en que fue asesinado.
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