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PARÍS, 5 de marzo (Quadratín México).- En declaraciones al semanario francés L’Express, el presidente Enrique Peña Nieto reconoció que tras lo ocurrido en el caso de Florence Cassez, el Estado mexicano debe aplicar “adaptaciones en su sistema judicial” y “reflexionar sobre la mejor manera de juzgar a presuntos culpables”.
Al referirse al caso de la francesa, condenada en México a 60 años de cárcel por secuestro y otros delitos, y que fue liberada en enero por decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) por irregularidades en el proceso, dijo que “es un asunto sin duda polémico que ha dejado un gusto desagradable a muchos mexicanos. Tuvieron la sensación de que se ponía en libertad a un presunto culpable”.
“La Suprema Corte tomó una decisión que se apoya en el derecho. Subraya el principio según el cual todo ciudadano tiene que gozar de un proceso justo”, indicó.
El mandatario mexicano añadió que “ahora, el Estado mexicano tiene que sacar sus consecuencias, proceder a adaptaciones de su sistema judicial y reflexionar sobre la manera mejor de juzgar a los presuntos culpables”.
El nuevo “sistema de justicia penal acusatoria representa un cambio en la historia judicial de nuestro país. Tres estados la experimentan actualmente. Extenderlo al resto del país llevará tiempo”, reconoció.
El titular del Ejecutivo federal fue cuestionado también sobre si el conflicto por la custodia de los hijos del matrimonio entre el ex gobernador del estado de México, Arturo Montiel, cercano a Peña Nieto, y la francesa Maude Versini, podría constituir otro obstáculo en las relaciones franco-mexicanas, a lo que respondió que “se trata de un asunto privado”.
“Compete a la esfera privada, por un lado, y a la justicia, por otro”, consideró Peña Nieto.
En la entrevista, Peña Nieto admitió que la política del gobierno mexicano tiene como objetivo “recuperar el terreno perdido” en relación a la potencia que, países como Brasil, han alcanzado en el entorno latinoamericano.
“México ha perdido su liderazgo histórico por no haber sabido capitalizar sus fuerzas y sus activos”, admitió.
El presidente Peña Nieto enumeró los cinco objetivos que tiene para lograr esa meta: “acelerar el crecimiento, reducir la pobreza, luchar más eficazmente contra la violencia, modernizar las instituciones y, devolver a México su lugar en la escena internacional”.
Además, destacó que el país tiene que desprenderse de lo que denomina “una cierta inercia”, y subrayó que México dispone de un “verdadero tejido industrial” y constatar con orgullo que “los analistas extranjeros nos predicen un futuro brillante”.
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