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CIUDAD DE MÉXICO, 16 de septiembre (Quadratín México).- A la luz del México XXI la comunidad teatral reabre el arcón de la historia y la memoria para montar una obra que había quedado escondida durante décadas “El país de la metralla”, de José F. Elizondo, que desde 1913 no se había vuelto a representar íntegramente.
En 1913, 60 días después de los hechos conocidos como la Decena Trágica, Elizondo escribió El país de la metralla. Su nombre se debió a la resonancia de las metralletas de aquellos días en los que hubo cientos de muertos.
“Este episodio de la historia — movimiento armado encabezado por Victoriano Huerta entre el nueve y el 18 de febrero de 1913 para derrocar al presidente Francisco I. Madero— es lo que se retrata en el espectáculo de manera sarcástica”, comenta Horacio Almada, director de escena en una entrevista concedida a Milenio.
El problema del montaje fue que ridiculizaba lo sucedido en la Decena Trágica y favorecía la figura de Victoriano Huerta, el gran traidor de la época. Ni siquiera el éxito que había tenido en los teatros de la capital logró mellar la mala imagen de Huerta entre los políticos de la época.
Las consecuencias que tuvo esa obra para sus autores fueron terribles, dice Almada en entrevista: “Rafael Gascón fue perseguido. Cuando derrocaron a Huerta, Venustiano Carranza le mandó una carta en la que le decía que se tenía que cuidar porque lo que había hecho era muy grave. Por su parte, Elizondo huyó a Veracruz, se subió a un barco, se fue a Cuba y no regresó hasta 1921”.
La puesta en escena no se había vuelto a presentar completa desde 1913, para lo cual se tuvo que rescatar el texto: “Afortunadamente éste se había editado en una revista que estuvo guardada en la Universidad Nacional Autónoma de México y la música fue conservada de generación en generación entre los intérpretes. La obra estuvo vetada cuando gobernaba el país Venustiano Carranza”, menciona el director.
Para Almada, la puesta en escena es completamente vigente. Cualquiera que la vea puede pensar que se acaba de escribir al observar los sucesos cotidianos y las muertes en los enfrentamientos armados que hay a diario en México y el mundo. Ese es el valor y la fuerza que tiene esta obra.
“Desgraciadamente el mundo vive una crisis terrible. El montaje retrata magníficamente bien lo que sucede actualmente. Seguimos viviendo en el país de la metralla. Antes como ahora, con la incidencia estadunidense.
Siempre hay una mano externa que no nos deja funcionar. Como lo dice uno de los personajes de la obra: ‘Siempre hay un fantasma, y es un gringo’”, explica.
En la obra los 25 cantantes y actores se vestirán de traje y emplearán sombreros de la época, para figurar en cada cuadro escénico que funcione para dos periodos: 1913 y 2012.
La obra se estrenará el 19 de septiembre en el Antiguo Palacio del Arzobispado a las 20:00 horas, con Solistas Ensamble del Instituto Nacional de Bellas Artes; también se presentará el 21 en el Auditorio Roberto Cantoral de la Sociedad General de Autores y Compositores de México.
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