Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
CIUDAD DE MÉXICO, 2 de noviembre de 2024.- Paseo de la Reforma es el camino hecho por flores de cempasúchil que guía a los muertos hasta el Mictlán: el Gran Desfile representa la manera en la que México celebra la muerte y como cada año, millones de familias abren las puertas de su casa para la llegada de sus seres queridos.
El Día de Muertos es una fiesta, una de las tradiciones más importante para los mexicanos y el homenaje que se lleva a cabo en el centro del país, es una ventana al más allá, la oportunidad perfecta para que aquellos desconocidos vivan el amor y respeto que se le tiene a la muerte.
Con flores de cempasúchil, papel picado, artesanías y mucho entusiasmo, el Gran Desfile del Día de Muertos recorre Paseo de la Reforma para llegar a avenida Juárez, 5 de Mayo y finalizar en la Mega Ofrenda del Zócalo capitalino. Con cada paso se plasma un pedacito de la cultura mexicana, que es apreciado por propios y extraños.
No es una tragedia, no es un final; es una alegría y el comienzo de un camino hacia un mundo nuevo. Carros alegóricos, bandas de música, grupos de baile y disfraces; se trata de un conjunto de coloridos elementos que se reúnen para honrar a quienes ya no están, pero vivirán para siempre en la memoria y el corazón.
Miles de turistas se dan cita para apreciar la importancia de esta festividad, extranjeros ven con entusiasmo la vida y color que inunda las calles. Se prevé que la fiesta culmine alrededor de las 18 horas, sin embargo, el recuerdo de los que ya nos esperan en el Mictlán, nos acompaña hasta fin de nuestros días.