Ya entrevistados por comité del Legislativo, 23 de 44 aspirantes al PJ
CIUDAD DE MÉXICO, 28 de marzo de 2017.- Los efectos benignos que promovió el gobierno federal en la reforma hacendaria no han dado los frutos previstos, ya que los supuestos con los que el Congreso de la Unión pronosticó sus beneficios no se han cumplido.
“Los supuestos básicos sobre los que se elaboraron las primeras estimaciones de sus alcances por parte del gobierno federal, tales como el crecimiento económico; las plataformas de producción y exportación; y precio del petróleo, no se cumplieron”.
Por si fuera poco, los alcances de dicha reforma, identificada como estructural por la administración del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, resultan complejos “pues no es posible aislar el efecto de la misma en un contexto en el que se han llevado a cabo otras reformas estructurales”.
Lo anterior lo concluye un estudio emitido por el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, que preside el senador Miguel Barbosa Huerta, mismo que recordó que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) presentó un diagnóstico amplio en el que identificó problemas en la recaudación tributaria tanto a nivel federal como estatal.
Dichos problemas asociados a la inequidad tributaria y a la falta de progresividad en el cobro y deducciones permitidas por el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y por la existencia de distintos regímenes especiales en materia del Impuesto Sobre la Renta (ISR).
El documento, titulado Retos para el éxito de la reforma hacendaria, advierte que las medidas estuvieron encaminadas a elevar la recaudación tributaria, reducir los privilegios fiscales, así como aumentar la progresividad del sistema tributario.
“En materia de IVA, este se homologó al 16 por ciento en todo el país, se cobró a productos y servicios que anteriormente no estaban gravados y se mantuvieron sin cobro las colegiaturas, el cine, el teatro y el circo, por ejemplo”, recuerda.
Este órgano especializado en investigaciones legislativas, expone que en cuanto al ISR, “se eliminaron regímenes especiales como el de Consolidación fiscal y el de Pequeños contribuyentes.
“No obstante se crearon otros como el Régimen Fiscal Opcional y el Régimen de Incorporación Fiscal. Además, se modificaron los regímenes de empresas maquiladoras, se estableció un nuevo impuesto para las ganancias en bolsa y se hizo más progresiva la tasa marginal del ISR en la parte alta de la base recaudatoria para las personas físicas, entre otros cambios”, expresa.
El instituto de investigación parlamentario, subraya que la reforma planteó, además, promover una mayor formalidad a través del Régimen de Incorporación y del otorgamiento de subsidios a la seguridad social de los trabajadores.
En cuanto a los nuevos impuestos a los alimentos y bebidas de alto contenido calórico, a los combustibles y los plaguicidas, “estos atacan directamente el problema del elevado consumo, pero, “no inciden en las causas del mismo; esto es, no afectan los hábitos alimenticios de la población”.
Así las cosas, la parte de política social de la reforma “aún se encuentra en discusión en el Congreso de la Unión. Sin embargo, aunque la Ley de la Pensión Universal no ha sido aprobada por el Congreso, se encuentra operando a través del programa de pensión para adultos mayores de 65 años”.
En suma, de los indicadores de seguimiento se desprende que de 2013 a 2015 efectivamente se ha elevado la recaudación tributaria del país, “aunque dicho aumento ha sido modesto comparado con el tamaño de la economía y sólo en parte ha sido efecto de las medidas implementadas tras la reforma.
“Además de la recaudación adicional generada por el IVA y por el ISR, un elemento importante ha sido la recaudación adicional obtenida por el IEPS a gasolinas”, concluyen los investigadores parlamentarios.