Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
CIUDAD DE MÉXICO, 30 de mayo de 2020.- No hay una bola de cristal que prediga cuál será el impacto de la contingencia sanitaria en la industria editorial. Las restricciones sociales obligaron el cierre temporal de librerías, imprentas, talleres, almacenes y canales de distribución, sin embargo, el Fondo de Cultura Económica (FCE) reporta por medio de su oferta en internet que más medio millón de ejemplares de su colección han sido descargados de manera gratuita en los días de la pandemia en México.
El aparato editorial del FCE ha seguido trabajando en las actividades que se pueden hacer desde casa o de manera remota, y según su director, Paco Ignacio Taibo II, las descargas gratuitas suman más de 506 mil 661 libros, lo que considera un acierto en un momento en que el sector editorial se encuentra detenido.
Para este 2020 el Fondo de Cultura Económica proyectaba editar 600 libros, sin embargo el planteamiento se redujo a 240 libros, de los cuales más de las tercera parte ya se encuentran listos y resto serán lanzados en formato digital.
Ante la advertencia lanzada por la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI) que señala sobre los riesgos de vulnerar los derechos de un autor al poner de manera gratuita una obra al alcance de un público, Taibo II considera que esa postura del organismo del sistema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) está vinculada a poner un valor monetario a una creación y en caso de ser gratis pierde su valía, lo cual, sostiene, es falso.
“Pensar que la gratuidad per se es mala, es una mentalidad mercantilista muy mensa, es una mentira, se ha demostrado una y otra vez, es falso argumentar que si algo no tiene una cuantificación en pesos carece de valor.
“Cuando nosotros apostamos por la gratuidad, lo hacemos de una manera responsable. Cada vez que decimos que un libro, durante dos semanas o un mes, estará disponible para ser leído gratis, hablamos con los autores y les preguntamos si están dispuestos a entrarle a esa promoción. Sabemos que el resultado siempre es positivo. Cuando lanzas una operación de regalar libros, lo que estás haciendo es creando lectores, que seguramente regresarán a esos autores y a esos libros”, recalcó en entrevista telefónica el director de FCE.
Ante el poco margen de maniobra debido a las restricciones por la contingencia sanitaria, la industria editorial se refugió en las ventas de libros por internet y en las descargas gratuitas, sin embargo, la parálisis del sector genera pérdidas monetarias pero de manera paradójica se fomentan el interés de los lectores.
“Creo que los resultados a mediano plazo serán positivos, vamos a salir de la crisis con más lectores de los que entramos”, vaticina el también escritor.
-¿Cómo va regresar el FCE una vez que se vayan levantando las restricciones de la pandemia?
-Tenemos una responsabilidad con los lectores, los públicos que leen y quienes accedemos a través de ferias de libro, librerías y tendidos, librobús, pero también con los trabajadores -quienes el 99 por ciento no están laborando en la calle, solo un centenar trabaja desde sus casas.
Seguimos produciendo portadas, haciendo traducciones, correcciones, generando información estadística, mientras que la librería virtual sigue caminando. Debemos ir con mucha calma y responsabilidad.
Siguiendo los protocolos de la Secretaría de Salud (Ssa), debemos analizar cuándo, dónde y cómo se pude abrir una librería sin riesgo para lectores y trabajadores
-¿Cuánto tiempo pueden seguir en esta condición sin generar una situación grave en las finanzas del FCE que resulte irreversible?
-Ya tenemos una situación grave, pero podemos sostenernos hasta fin de año sin problemas excesivamente graves.
Debemos tomar en cuenta que el gran ingreso que tiene el FCE, es de las ventas de libros. Pensemos, a manera de ejemplo, que un mes de ventas en la librería virtual te pueden dar un millón de pesos, cuando un millón de pesos lo podamos sacar en un día en un tendido de libros.
En este momento no se pude hacer más, la magia no existe en economía, lo que sí se pude hacer es prever y preparar, entonces nos hemos concentrado en preparar el regreso, cuándo y cómo sucederá no lo sé.
¿Qué tienen preparado?
-Este regreso sería la apertura de algunas librerías en condiciones de sanitización, con una recepción de público limitado y pocos trabajadores, excluyendo al personal en condiciones de riesgo.
¿Pasará el 2020 como un año perdido para el FCE?
-No, para nada, puede ser terrible, pero no perdido. Si tú tienes una bola para ver le futuro préstala, no te quedes con ella en tu casa.
¿Sigues optimista?
-Soy patológicamente optimista, eso quiere decir que trato de ver los elementos positivos hasta en los peores. Estoy viviendo momentos de encierro, para mí en lo personal, complicados, porque siempre salía a la calle, no me quedé en mi casa a mirar y ahora teniendo más de 70 años con hipoglucemia y con problemas de enfermedades frecuentes respiratorias, me encerraron y pues me tienen con controles estrictos, no quieren que salga a la tlapalería de la esquina, pero seguimos trabajando, en una mañana tengo hasta 30 conversaciones por internet con diferentes grupos de trabajo y preparando el programa Desde el fondo, que estamos sacado todos los miércoles en redes sociales.