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CIUDAD DE MÉXICO, 13 de junio de 2023.- Al participar en Ginebra, Suiza, en la 111 Conferencia Internacional del Trabajo, la secretaria Luisa María Alcalde Lujan dijo que tras reformas al mundo laboral, nuestro país vive máximos históricos de empleo formal, salarios e inversión extranjera.
Añadió que en México estamos orgullos de demostrar que aplicar una política que reivindica derechos laborales y dignifica el empleo, lejos de generar inestabilidad y ahuyentar inversiones, como tanto se repitió en el pasado, ha traído resultados que, pese a la pandemia, no habíamos visto en nuestro país en décadas: máximos históricos de empleo formal, máximos históricos de salarios y al mismo tiempo máximos históricos de inversión extranjera.
Subrayó que nuestro país hay otro camino a las recetas neoliberales que durante 40 años impusieron a los países de América Latina y que solo generaron enormes desigualdades.
Encabezando a la delegación mexicana que participa en la reunión internacional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la titular de la STPS compartió los cambios encabezados por el presidente Andrés Manuel López Obrador para ir avanzando en la construcción de un mundo del trabajo más justo y equitativo.
“Se ha colocado en el centro de la política laboral, no la concentración de grandes capitales, sino a las personas trabajadoras, en concordancia con el mandato fundacional de la OIT: ‘la paz universal sólo puede ser producto de la justicia social’”, apuntó.
“En nuestro país, como en muchos países de América Latina, se impusieron durante más de 40 años recetas neoliberales que consistieron en políticas de contención salarial, precarización del mercado laboral y control corporativo de los sindicatos como las únicas alternativas para lograr ser atractivos en el extranjero y atraer inversión.
“Como consecuencia, en México nos convertimos en uno de los países con los salarios más bajos del mundo, con enormes desigualdades y creciente pobreza e informalidad laboral”, subrayó.
Y a pesar de que el camino no fue sencillo, a partir del 2018, la política laboral dio un giro radical. Impulsamos la recuperación de los salarios mínimos. A través del diálogo y por consenso tripartito en cuatro años y medio hemos logrado recuperar el 90 por ciento del poder adquisitivo del salario mínimo; tan solo esta decisión ha sacado de la pobreza a 19 por ciento de nuestra población; ha reducido la brecha salarial entre hombres y mujeres en 25 por ciento y ha permitido garantizar un piso mínimo de bienestar para las mujeres y hombres que viven de su trabajo, abundó.
También, dijo, eliminamos esquemas de contratación abusiva que evadían el reconocimiento de la relación laboral, como la subcontratación o outsourcing. En contraste, duplicamos las vacaciones, que reduce la precariedad y revaloriza el trabajo. También rescatamos el derecho al reparto de utilidades que hoy, junto con la política salarial, es una de las formas más efectivas para la mejor distribución de la riqueza.
Se garantiza el derecho de los jóvenes al trabajo a través del programa Jóvenes Construyendo el Futuro. Más de dos millones 600 mil jóvenes han trabajado como aprendices en empresas, negocios y comercios adquiriendo las competencias y habilidades que requieren las industrias y recibiendo por un año una beca del gobierno. El tamaño y la dimensión social de este programa no tiene precedente a nivel internacional y ha sido clave para lograr la inclusión de jóvenes al mercado laboral, agregó.
Pero quizá, expuso, uno de las reformas más importantes ha consistido en garantizar la libertad y la democracia en los sindicatos. Las y los trabajadores eligen a través del voto personal, libre, directo y secreto a sus dirigentes, y participan de manera activa en las negociaciones colectivas. Esta reforma se ha apoyado en los Convenios 87 y 98 de la OIT, este último recién ratificado. Además, suscribimos los convenios 189 sobre trabajo del hogar, y el 190 contra la violencia de género.
Y a nombre del Gobierno de México “reiteramos nuestro compromiso con la justicia social y los derechos humanos, confiamos en que la OIT continúe siendo el faro que permita que el mundo avance en la construcción de un mundo más equitativo, sin exclusiones, sin ningún tipo de discriminación, donde absolutamente nadie se quede atrás y nadie se quede fuera”.