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CIUDAD DE MÉXICO, 2 de febrero de 2020. — Don Teo como es conocido en la calle de Jesús María, en la alcaldía Cuauhtémoc, es un restaurador de Niño Dios junto con su familia, quien los repara con la finalidad de que luzcan como nuevos aún con el paso de los años, para que sigan dando bendiciones al hogar donde tienen la imagen religiosa.
Relata que cuando están reparando el Niño Dios o pintándolo, y no se deja pegar el bracito, la cara o incluso al pintarlo queda enchinada la pintura en la imagen, recurren al recurso de hablarle bonito y solo es así, cuando se le puede pegar bien el bracito o queda bien pintada la imagen religiosa.
La familia Sánchez cumple 37 años realizando esta actividad en las calles del Centro Histórico, y lo hacen para fortalecer parte de esta tradición del Día de la Candelaria que en este año 2020 se conmemora este domingo 2 de febrero.
Los materiales con los que arreglan a los niños varía dependiendo de que estén elaborados, tales como cerámica, resina o madera.
Los costos de reparación de las imágenes religiosas varían dependiendo el arreglo que se necesite y el material que se tenga que utilizar para dejarlos bien acicalados.
Desde el 6 de enero, en la verbena del Niño Dios del Centro Histórico capitalino se instalan varios comerciantes, algunos provenientes de otros lugares de Oaxaca y el Estado de México, que ofrecen los vestuarios de diversas advocaciones religiosas, así como sus accesorios que requiere de pies a cabeza, desde huarachitos hasta sombreros, turbantes, resplandores o coronas.
La variedad de los vestidos para el Niño Jesús es múltiple, y pueden encontrarse desde los tradicionales del Divino Niño, Niño de las Palomas, Sagrado Corazón de Jesús, Divino Pastor, el Señor de los Milagros, así como en honor a la Virgen de Guadalupe, o incluso hasta de algunos santos católicos como San Juan Diego y San Judas Tadeo.