Día de los Santos Inocentes, una fecha para orar por niños que sufren
CIUDAD DE MÉXICO, 2 de mayo (Quadratín México).- Ofrendas, restos de pisos de más de 500 años de antigüedad y de canales que datan del siglo XVII a principios del XX, así como fragmentos de muros coloniales y tres entierros fueron descubiertos en Centro Histórico de la Ciudad de México, informaron hoy las autoridades.
El hallazgo se efectuó durante los trabajos de actualización de la red eléctrica en la zona, los cuales son supervisados por un equipo de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para que el patrimonio cultural enterrado no se dañe y poder recuperarlo, informó la misma institución.
En las labores de renovación de la infraestructura que opera desde hace más de 50 años, efectuadas desde 2010 por la Comisión Federal de Electricidad, también participan entre siete y 12 arqueólogos, quienes inspeccionan el área de trabajo para evitar afectaciones y recuperar la información histórica de los vestigios, subrayó.
Las inspecciones se han llevado a cabo en las calles Belisario Domínguez al norte, Lucas Alamán al sur, Circunvalación al oriente y Eje Central Lázaro Cárdenas al poniente. La obra está avanzada cerca de 95 por ciento y se han hecho más de mil sondeos arqueológicos, señaló la responsable del proyecto Modernización de la Red Eléctrica del Centro Histórico de la Ciudad de México, Belem Beltrán Alarcón.
Entro los hallazgos también se encuentran canales de drenaje de más de 100 años de antigüedad, concentración de materiales cerámicos y restos de muros de edificios de los siglos XVI al XX.
Destaca un entierro infantil recuperado en septiembre de 2012 en la calle Nezahualcóyotl, que consta de un cráneo fragmentado, huesos largos y vértebras de una persona de seis años de edad. La posición original estaba alterada.
Como parte de este entierro también se encontró una vasija monocroma fragmentada, que contenía restos óseos humanos cremados de un individuo de entre 15 y 17 años de edad, de sexo aún no identificado.
La antropóloga física Thanya Hernández Torres expresó que los huesos de la vasija presentan una exposición al fuego irregular, y se observa en algunos casos coloración negra o blanca, lo que hace pensar que fueron expuestos a diferentes temperaturas.
Dentro del recipiente también se encontró un par de orejeras de obsidiana en perfecto estado de conservación, y un malacate pequeño, así como una figurilla zoomorfa fracturada que posiblemente también estuvo expuesta al fuego durante la cremación, abundó.
El arqueólogo Julio César Cruzalta indicó que en febrero de 2011, en la calle Miguel Alemán esquina con Mixcalco, se localizaron dos entierros semicompletos.
Detalló que el más superficial corresponde a los restos óseos removidos de una mujer de alrededor de 30 años; se trata del cráneo completo, mandíbula, vértebras, cervicales, fémures, peronés, clavículas y costillas, que fueron depositados bajo un piso estucado.
En éste, anotó, se encontraron navajillas de obsidiana y un sahumador fragmentado, cuyo mango tiene la figura de una cabeza de serpiente. Este enterramiento presentaba alteración, lo cual se infiere porque el piso estaba roto y dentro de los materiales prehispánicos asociados se hallaron escasos fragmentos de objetos coloniales.
Indicó que en el mismo sitio, pero a una profundidad mayor, se localizó otro entierro primario de un individuo masculino de 45 años, hallado en posición decúbito fetal, acompañado de una figurilla antropomorfa de cerámica.
Al respecto, Hernández señaló que este entierro es el más completo puesto que sólo presenta ausencia de las falanges, tiene patologías dentales y osteofitosis, desgaste causado por la edad, ya que en esa época la esperanza de vida oscilaba entre los 40 y 45 años.
Los otros hallazgos son una serie de canales de desagüe que datan del siglo XVIII a principios del XX, con dimensiones de los 40 centímetros hasta un metro de ancho. Sistemas constructivos manufacturados con ladrillo, piedra volcánica y lajas de andesita, algunos presentaban señas de modificaciones, abundó.
Refirió que en marzo de 2012 se localizaron restos de muros pertenecientes a construcciones coloniales, como el Colegio de San Pedro y San Pablo, donde se hallaron dos etapas constructivas.
Ese mismo mes, en las calles de Donceles y Soledad, ésta última casi esquina con Academia, se encontraron partes de pisos prehispánicos, el primero manufacturado con lajas de basalto y el segundo con un aplanado estucado, ambos por su cercanía al Templo Mayor se piensa que formaban parte del recinto ceremonial, comentó.
Esta serie de hallazgos permitirán determinar áreas habitacionales del antiguo islote que no han sido exploradas en su totalidad, ver hasta dónde abarcaban los complejos arquitectónicos no sólo prehispánicos sino también coloniales, e inclusive reconocer a nivel estratigráfico qué áreas del centro se encuentran alteradas, finalizó.
QMX/ntx/oab