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VERACRUZ, Ver., 16 de abril de 2019.- Una efigie en color dorado con una lanza en la mano y anclado a la proa, aguarda el sonido de las olas en el puerto de Veracruz, mientras 84 pequeños guerreros vestidos de marinero en blanco y azul, respiran sus últimos vientos en tierra, antes de zarpar rumbo a mares internacionales.
Es el mascarón de proa del Buque escuela Cuauhtémoc, que este 16 de abril cumplió su promesa de partir para llevar un mensaje de hermandad que México desea enviar al mundo.
Este martes, los casi 85 cadetes de cuarto año de la generación 2020 subieron al velero de aquel legendario personaje de la cultura mexica que dio nombre esta escuela marina y también lo hicieron ocho capitanes, 39 oficiales, 11 oficiales invitados y 117 clases y marinería.
El nombre de Cuauhtémoc representa la estirpe guerra del emperador, el último que tuvo la gran ciudad antes de la conquista española.
A bordo de este buque, los jóvenes estudiantes se formaron en tres grupos para recibir el mensaje del titular de la secretaría de Marina (Semar), José Rafael Roldán Ojeda, quien les deseó éxito, muchos y buenos vientos.
«Durante los siguiente meses serán parte de esta tripulación dispuesta a llegar a Europa. Les deseo el mejor de los éxitos, que un buen marino se forja con base en retos que ponen a prueba su temple y verdadera vocación», dijo el secretario de Marina a los cadetes que este martes zarparon también de una larga travesía de estudios.
Abajo, casi al pie del muelle, con la torre Pemex de fondo, las familias agitaban las manos, las pancartas con los nombres de sus hijos y con la emoción compartida de verlos alejarse.
«Trabajaremos y aprenderemos de la mano de profesionales que serán ejemplo y guía. Estoy convencido que con sus enseñanzas nuestra carrera naval se verá fortalecida y estaremos más cerca de lograr la anhelada meta», dijo uno de los cadetes, para quien este viaje representa un crecimiento profesional y personal.
Cerca del mediodía, cuando ya era momento de abandonar tierra, los cadetes comenzaron a subir por los palos que sostienen las velas, uno seguido de otro, como tejiendo una hilera humana.
Desde arriban dijeron adiós por última vez, en el viaje de 226 en los que tendrán por paisaje sólo agua, antes de desembarcar en el primero de los 15 puertos que conocerán en este recorrido.
El Himno Nacional, mariachis y aplausos, vieron zarpar al Buque Cuauhtémoc, aquel velero que un 29 de julio de 1982 fue entregado a su primera dotación para convertirse en el orgulloso Embajador y Caballero de los Mares.