Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
El presidente López Obrador ha llevado al terreno de la equidad el proceso sucesorio presidencial. En efecto, ayer en la plenaria de los diputados de Morena acudieron, por invitación de Ignacio Mier, las cuatro corcholatas oficiales para hablar de temas de interés legislativo, lo mismo que retos en políticas públicas. Sin embargo, el factor más determinante fue, sin duda, que tanto Claudia, Marcelo, Adán Augusto y Ricardo Monreal, desfilaron en la pasarela de presidenciales.
Fue la primera muestra o gesto en aras de buscar la anhelada unidad dentro del lopezobradorismo. Hay que decir que el marco fue de respeto, incluso la propia tribuna y el trato se dieron en condiciones de igualdad. De acuerdo a esta premisa se abre el compás para seguir fortaleciendo el equilibrio que –durante meses– se le negó a Ricardo Monreal. Tuvo que cruzar una frontera inmensa y resistir más de un año y medio la exclusión. No hizo falta que lo dijeran abiertamente pues los propios gestos e indirectas en el afán de descarrilarlo descifraron la estrategia diseñada en su contra.
Durante ese lapso Ricardo Monreal tuvo que remar a contracorriente y, gracias al aguante, logró que las condiciones se equilibraran. Seguramente el presidente Obrador admitió la incorporación del zacatecano a la lista oficial, pero, más que ello, el coordinador de los senadores de Morena fue encauzando su propio camino a un cuando el escenario lucía complejo; no obstante, la resistencia fue suficiente porque Monreal siempre estuvo convencido de ello con el apoyo de una estructura que, hoy por hoy, tiene constituidos 300 comités distritales a lo largo y ancho del país.
Ahora que la situación se ha enderezado un poco el senador Monreal va en franco ascenso. No solo tiene un programa de nación y una columna territorial lista para trabajar el tema político, sino tiene experiencia y madurez para encarar este tipo de procesos internos. Algo así como los elementos indispensables de un aspirante presidencial que, con el paso de las semanas, se multiplicará luego de aceitar la maquinaria que será su portavoz en las entidades para divulgar el proyecto de Reconciliación Nacional.
A lo largo de muchos meses esa estructura se fue nutriendo; sin embargo, ahora que las condiciones han cambiado ese punto de apoyo se fortalecerá en la medida que Monreal tenga la misma tribuna que Claudia, Marcelo y Adán Augusto. Por eso la importancia de llevarse a cabo la plenaria de los diputados de Morena en circunstancias de igualdad.
Ahora, Ricardo Monreal devuelve el buen gestó al abrir las puertas de la vieja Casona de Xicoténcatl donde hoy se llevó a cabo la plenaria de los senadores de Morena. De hecho, el propio coordinador ya había anticipado la invitación a los aspirantes presidenciales tomándolos en cuenta para que participaran. Incluso, en este mismo espacio de opinión resaltamos el gesto del zacatecano porque él, en ese sentido, fue pionero al convocar a todos las corcholatas oficiales como promotor de la unidad y la reconciliación.
De lo que se trataba era de abrir el abanico y romper especulaciones y prejuicios. Por el fin el presidente Obrador ha reconocido a Ricardo Monreal, y eso da pie para construir un proceso transparente donde se fijen reglas de participación claras, lo mismo mecanismos de selección del perfil que no dejen ningún margen a la sospecha. De hecho, al principio hubo motivos para desconfiar pues había una cargada a favor de una de las corcholatas en prácticamente toda la geografía nacional.
Es aquí donde resulta fundamental la misiva que envió Mario Delgado a los gobernadores para pedirles apertura. Se supone que, con ello, se abre una nueva puerta y esperanza de vivir un ejercicio democrático en que el pueblo determine quién lo representará en las urnas el próximo 2024, sobre todo porque- en teoría- no debe haber ninguna desventaja ni exclusión para nadie. La misma tribuna que comparten Claudia, Marcelo y Adán, deben aperturar a Ricardo Monreal que jamás cejó, ni muchos menos claudicó para dar tregua.
Tanto él, como una estructura sólida de apoyo, empujaron fuerte al afrontar una situación que jamás mereció en los meses que lo excluyeron; empero, sobre esa base paradójicamente ganó más simpatías. Construyó su propio camino y, hoy en día, tiene todas las condiciones dadas para crecer y posicionarse como perfil ideal para suceder al presidente López Obrador. De hecho, a estas alturas de su carrera es, por mucho, el actor con mayor capacidad y sapiencia para seguir profundizando las políticas que sentaron las bases en el incipiente proyecto de transformación que inició AMLO.
Ricardo Monreal es, en este momento clave de su vida, uno de los favoritos para convertirse en el próximo presidente constitucional de México. No lo pierdan de vista. Fue capaz de sobreponerse a cualquier obstáculo, incluso etapas feroces de andanada como el caso de Layda Sansores que abrió la metralla para intentar descarrilar al zacatecano. No tuvo éxito porque se topó con un Monreal fuerte y resistente que no se dejó ni se rajó.