El presupuesto es un laberinto
Que no coman ansias
A los expertos en puntos de vista no les quedó otra que guardar sus cartas astrales, güijas y huesos de fraile y dejar el armado de los escenarios de ajustes en el gabinetazo para después.
La señal presidencial fue contundente, que todavía no, que no se harán cambios en el equipo, lo que enfrió las versiones, filtraciones y opiniones casuales y otras muy interesadas que veían venir enroques y movimientos en las posiciones del primer círculo del Ejecutivo.
Desde luego que buena parte de las expectativas sobre la entrega del IV Informe presidencial, así como la eliminación del tradicional besamanos para dar paso a un nuevo formato que terminará en animadas selfies con los jóvenes invitados, se concentraron en los eventuales cambios en el gabinete.
Y eso lo reconoció el preciso y lo atribuyó al ruido que se hace casi por tradición antes de cada informe de gobierno.
Horas antes de que el presidente descartara los cambios –que pueden ocurrir en cualquier momento- el tema dominó las mesas de conversación de políticos, expertos financieros y también de librepensadores.
Por eso cuando se enteró la politóloga Melita Peláez (Mela para sus detractores) que José Calzada sonaba para ocupar la Secretaría de Gobernación, lo primero que expresó fue ¿en serio?
Y no porque el queretano no pueda ocupar esa posición, sino porque apenas hace unos días el propio Presidente había dicho que ni Miguel Ángel Osorio Chong ni Aurelio Nuño serían removidos de sus cargos.
La especulación venía a cuento por la falta de resultados frente al paro y los bloqueos a cargo de la disidencia magisterial, a pesar de la disposición al diálogo del gobierno federal.
Nuño anunció que ninguno de los acuerdos logrados en las mesas de diálogo serian reconocidos si los maestros no regresaban a dar clases. Osorio Chong se desmarcó: “Ya lo dijo el Presidente, aulas aulas aulas, no habrá diálogo si los maestros no regresan a dar clases.”
Y Calzada entró en la escena luego de su participación en el mitin campesino del Zócalo, al que se sumó Miguel Ángel Mancera y que fue interpretado como un autodestape a la interna tricolor de 2018.
Pero ni llega Calzada a la Segob ni Osorio se va.
Otros ejercicios imaginarios ocurrieron por la falta de cabeza en la Secretaría de la Función Pública (SFP), luego de que le aceptaran la renuencia a Virgilio Andrade. Esa dependencia siempre ha tenido mala suerte, aunque nunca le ha faltado el presupuesto.
La grilla escaló tanto en estos días que hasta le tocó a Luis Videgaray, quien salió unos días de escena para atender un asunto médico. Los detractores de Videgaray se dieron vuelo después de que la firma calificadoras Standard & Poors consideró como negativa la expectativa crediticia de México y de la alerta que lanzó Moody´s sobre el manejo de la deuda externa.
Lástima por aquellos que se habían hecho ilusiones.
Lavaderus est
1.- Rebelión en la granja panista.
“Anaya no es la persona que conocí, ha cambiado mucho.”
Aunque parezca declaración de telenovela el reproche vino del ex presidente del PAN, Gustavo Madero, quien le echó en cara a Ricardo Anaya haber faltado a su compromiso de nombrarlo presidente de la mesa directiva en la Cámara de Diputados.
Anaya dejó fuera a Madero pero amarró el apoyo de otros grupos nombrando a dos diputados que presidirán la Cámara seis meses cada uno.
A Madero lo dejaron chiflando en la loma, literalmente, porque para redondear la jugada, Anaya nombró a Marko Cortés, ahijado político de Felipe Calderón, como jefe de la bancada albiazul en San Lázaro.
Ayer a Madero andaba con la espada desenvainada y atribuyó el cambio de actitud a que Anaya está enfocado totalmente en cultivar su candidatura presidencial, lo cual afecta otras decisiones.
Lo que más le dolió a Madero es el apoyo que le dio al joven político y todo para qué. Al menos Madero no se cree traicionado, aunque sí desilusionado.
Hasta Coahuila le llegaron a Anaya los reproches de Madero y en la primera oportunidad los reporteros lo bombardearon con preguntas sobre las duras descalificaciones del chihuahuense que lo menos que le dice es que no tiene palabra. ¿Por qué el pleito?
Anaya no quiso subirse al ring y tampoco se salió del guión: «no voy a polemizar con un ex presidente nacional al que en el PAN respetamos; no se incumplieron compromisos y; cuando se serenen los ánimos se entenderá mucho mejor la decisión que he tomado».
De paso Anaya insistió en que ha dedicado todo su esfuerzo a trabajar por su partido, lo que se entendió como un deslinde de que lo único que le interesa es la candidatura presidencial de 2018.
El diferendo no es nuevo, desde junio del año pasado cuando Anaya buscaba el liderazgo panista el queretano rechazó que Madero estaría detrás de él y de paso advirtió que no tiene dueño.
El problema es que en la granja panista la rebelión ya salió a la luz y echó por tierra los discursos de una bancada unida. Ahora Anaya tendrá que negociar con los panistas inconformes.
2.- Para las bancadas del PRI en el Congreso la legislación sobre los matrimonios igualitarios ya no es tema, aunque la iniciativa llegó de Los Pinos. Un mundo raro, como decía José Alfredo Jiménez.
3.- Rosario Robles defendió con enjundia al gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez, de las presiones. Pues resulta que quien demandó a Duarte es el gobierno. ¿Qué tal?