Abanico
Gastará menos el gobierno en 2017, eso dicen.
La explicación oficial de que los ajustes al gasto son inerciales no cuadra cuando la decisión se hace durante tres años consecutivos.
Aunque las autoridades anticipan que el gasto será realista y austero, gobiernos estatales y empresas contratistas comenzaron a temblar porque todavía no se sabe de cuánto estamos hablando.
El analista financiero Antonio Sandoval advierte que el gobierno gasta mucho y mal, y tiene razón. Y si a eso le agregamos los factores de la economía internacional, los precios del petróleo y la presión monetaria, el coctel es para deprimir a cualquiera.
Como están las cosas, cobra fuerza lo dicho por el clásico regiomontano, de que los gobiernos federal y estatales tienen que dejar de gastar “en sonseras”, y añadiríamos, también tienen que dejar de endeudarse como si no hubiera un mañana.
Por ahora las estimaciones del recorte esperado para el próximo año fluctúan entre 300 mil y 312 mil millones de pesos. Recordemos que en 2016 el gasto autorizado fue de 4.7 billones de pesos y la mayor parte se destina a gasto corriente, o sea a la burocracia.
Y aunque cada año se anuncia que el gobierno se apretará el cinturón, los que sienten el efecto son los ciudadanos de la calle, ¿qué no?
Pero lo que hoy quita el sueño a los gobiernos estatales es la incertidumbre de no saber cuántos hoyos del cinturón tendrán que apretarse. El misterio se disipará el 8 de septiembre cuando se envíen al Congreso las iniciativas de ingreso-gasto federal para 2017.
Y que conste que la promesa es que el recorte será parejo, “parejito”, como diría Pancho Domínguez.
Gobers prenden veladoras
Para algunos gobernadores ya parece manda, porque invariablemente en estas fechas tienen que prender sus veladoras para que la Federación se apiade de sus necesidades de gasto, y que cada año los obliga a cabildear para que les recorten lo menos posible.
Los estados que tienen gastos extraordinarios en 2017 porque tienen elecciones locales son Coahuila, México, Nayarit y Veracruz. Los mexiquenses, por ejemplo, asignaron un gasto para el IEEM del orden de los 2 mil 442 millones de pesos, sólo para la operación del instituto electoral.
Los más preocupados en esta etapa son los gobernadores de los 12 estados que acaban de pasar las elecciones, porque no saben en qué condiciones están las finanzas de los gobiernos salientes y tampoco si les alcanzará o no.
Los que están fritos, literalmente, son los estados más endeudados y cuyos compromisos están muy por encima de los recursos asignados por la Federación, o sea que reciben menos de lo que deben. Entre estos estados se encuentran Quintana Roo, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Veracruz, Sonora, Baja California y Nayarit; en tanto que la Ciudad de México y Zacatecas prácticamente igualan deuda con participaciones.
Cabildeo, la leyenda negra
Cuenta la leyenda legislativa que hubo una época en la que los gobernadores tenían que seducir a los diputados y senadores para aumentar los porcentajes de las participaciones federales.
Y para eso se valían no sólo de regalos para apapachar a los legisladores encargados de negociar las partidas con las autoridades hacendarias. En día de sesiones plenarias cada estado buscaba conquistar a los legisladores con comilonas de la gastronomía local, música y ferias artesanales.
Eran los tiempos en los que en San Lázaro podía servirse un día cabrito para todos, o agasajarlos con Zacahuil (tamal gigante) de San Luis Potosí, Tamaulipas, Veracruz, Querétaro o Tabasco; cochinita pibil, tlayudas, mezcal en barro negro, barbacoa y escamoles, etcétera.
Pero nadie olvida el detallazo de Ney González de Nayarit quien además de la exposición artesanal, colocó un estand con motivos de las playas nayaritas incluidas bellas modelos en bikini. Eso le valió que le aumentará sus participaciones 10 por ciento, dice la leyenda.
Los gobernadores instruían a sus bancadas en la negociación y luego les tocaba formar parte de la pasarela en comisiones para conseguir más dinero.
Hoy las reglas del juego han cambiado, lo mismo que la geopolítica, de ahí que de alguna manera han venido desapareciendo las fiestas y comilonas en San Lázaro. Eso dicen.
En lo que va del actual sexenio no se aprecia el vaivén del cabildeo en las oficinas o los pasillos de San Lázaro.
Lo que es cierto es que las negociaciones con las autoridades financieras ocurren ahora con muchos meses de anticipación. Por eso se sabe que Rafael Moreno Valle ya tocó las puertas de la SHCP para no descobijar a su sucesor, lo mismo que el equipo del tamaulipeco Francisco García Cabeza de Vaca que asegura le prometieron no un recorte sino un aumento a sus participaciones.
Gobernadores como Alejandro Moreno Cárdenas de Campeche, tiene un panorama más complicado pues está al frente de una entidad afectada por el desplome de los precios del petróleo y por eso sus proyectos de desarrollo son sustancialmente distintos a la actividad primaria del petróleo. Y no baja la guardia.
Como sea, el recortón presupuestal va de la mano con otros elementos que dibujan un panorama económico difícil para el próximo año.
El gobierno federal asegura que para 2017 no incrementará los impuestos ni creará nuevos, pero el gran pendiente es evitar que siga endeudándose.
Cada año se anuncian ajustes al gasto corriente que implica menos burocracia, pero hay empresas que hoy son menos productivas que en el pasado y que le siguen costando al erario mucho, como es el caso de Pemex.
Inercial o no, la bolsa de recursos es más chica y no se ve que las cosas vayan a mejorar en los siguientes meses, lo que podría complicar mucho más la competencia política en 2018.
Tienen razón los gober en prender sus veladoras y encomendarse, a quien puedan.
Lavaderus est
1.- Por si alguien quería saber, hasta la medianoche del domingo no había respuesta de Hillary Clinton a la invitación de @EPN Mejor Obama y la propia Hillary han hecho duras crítica a la política antiinmigrante del pato Donald.
2.- Se hacen bolas. En el primer círculo nadie ha desmentido que Videgaray fue quien propuso invitar a Trump ni que Miguel Ángel Osorio puso su renuncia oponiéndose al encuentro, mientras que Claudia Ruiz Massieu se enojó porque nunca la consultaron.