Genio y figura/Francisco Buenrostro
¿Y los asesores, apá?
No es mala voluntad, pero los integrantes del súper equipo de asesores en Los Pinos deberían hacer un ejercicio de autocrítica porque parece que no quieren a su jefe.
Porque cuando el Presidente habla, sus discursos se escuchan más reclamos que proposiciones: “a veces no se entienden las medidas que se toman”.
Esto quiere decir que los mensajes tienen severas fallas porque no llegan cómo y dónde deberían. Y si bien eso le toca al que tiene el micrófono, se supone que hay un escuadrón de asesores atentos a que las cosas salgan bien. Se supone.
Pero no, el actual jefe del Ejecutivo no tiene a un eficiente Rubén Aguilar para traducir lo que quiere decir el Presidente.
Hay mucho de justificación en los discursos de you know who, pues machaca aquello de que “se reconozca o no hay aspectos positivos”.
Rubén Aguilar, experimentado estratega, se dio el lujo de decir que nunca recibió línea de Vicente Fox y en cambio le dijo, “esa es tú responsabilidad, haz lo que quieras.”
Como se aprecia en las diferentes encuestas, parece que hoy nadie aconseja al Presidente que es conveniente o no hacer tal cosa; en el tema de la Casa Blanca, por ejemplo, el preciso pidió perdón dos veces.
Apenas el fin de semana en una entrevista con José Cárdenas, los temas que Peña Nieto que ha escalado Polan motivó que les diera largas.
Trumrepubllicano acepte o no hacer tal cosa; en el tema de la Casé Cárdenas, Peña Nieto reconoció que él y su equipo no ponderaron adecuadamente la reacción social sobre la invitación que hicieron a Donald Trump. “Nos apresuramos”, dijo. Pero lo más grave es que admite que les sorprendió la rapidez con la que el republicano aceptó la invitación, ¿esperaban que les diera largas?
Carlos Ramírez ha planteado en su Indicador Político que el tema Peña Nieto ha escalado “Del rumor y el chiste, al meme y al hashtag”. Y de eso se cuelgan todos, hasta sus enemigos reales.
Hace apenas unos meses, en enero de 2015, The Economist publicó un artículo que tituló “El pantano mexicano” y de cabeza secundaria “Peña Nieto no entiende que no entiende”, texto dedicado a acentuar los escándalos del Presidente que borraron los días de gloria de los acuerdos y las reformas estructurales concertadas entre 2012 y 2013.
Los ciudadanos de a pie tienen una imagen de un Presidente débil, enfermo, desgastado; “ya no es tan guapo”, admite una vecina.
Las señales que envía el number one no se entienden y los formatos lo hacen más proclive a la crítica.
Terminó con el besamanos y nadie se lo reconoció. En su lugar le armaron un encuentro con jóvenes que resultó a modo. Es el segundo año que no ofrece una recepción a los invitados al grito de Independencia, lo cual no está mal, pero todos coinciden en que no hay nada que celebrar.
El 15 de septiembre le armaron una marcha #RenunciaPeña de la que se colgaron personajes de dudosa reputación como el ex comunicador Pedro Ferriz de Con.
Peña Nieto también habló en entrevista con Pepe Cárdenas y el tema central fue que “ni renuncia ni dará tregua”, e insistió “se reconozca o no hay logros positivos”.
Otra interesante entrevista fue la de Ciro Gómez en la que el presidente Peña insistió en que los cambios que hizo en su gabinete respondieron al desgaste que traían sus cuadros. La reunión con Trump marcó y desgastó a Luis Videgaray, por eso acepté su renuncia, dijo.
Y volvió al reclamo: “Este gobierno se atrevió a impulsar una agenda de cambios que quizá hoy no se aprecien suficientemente”.
Y se puso a la defensiva, pues advirtió que está de buen humor.
— Pero allá afuera le gritan cosas terribles. Dijo Ciro.
— Pues se me ha hecho la piel más gruesa. Respondió.
A través del tiempo cada Presidente ha enfrentado sus propias crisis. Pero nunca tan desgastante como la de Peña. Y los ex voceros están para confirmarlo.
No soy el único
Hace unos días desde la tribuna de la ONU en Nueva York, Peña Nieto dijo en tono muy preocupado que de acuerdo al más reciente informe de Latinobarómetro la satisfacción por la democracia ha retrocedido. Y tiene razón, la satisfacción por la democracia en la región cayó de 38 a 34 por ciento en un año. En el reporte de agosto Latinobarómetro consignó también que la confianza en las instituciones va a la baja.
Sólo cuatro países de 18 (República Dominicana, Nicaragua, Guatemala y Bolivia) aprueban a su gobierno por más del 50 por ciento. La peor aprobación fue Perú (19 por ciento) para Ollanta Humala, seguida de Venezuela (20 por ciento) y México (25 por ciento).
Uno se hace a la idea de que los asesores simplemente mueven la cabeza y dicen en voz baja, ni como ayudarlo.
Columnómetro del licenciado Aquiles Baeza.
1.- ¿Ya vieron los spots de Jorge Castañeda como candidato independiente? ¿Quién pompó?
2.- Apenas se destapó Rafael Moreno Valle y las ilusiones crecieron para algunos políticos como Javier Lozano Alarcón. ¿Ya se vio como candidato por el gobierno de Puebla en 2018, o no?
3.- Hoyo en uno. “Rómpanle la madre a los malos”, Luis Miranda, titular de Sedesol.
4.- La penitencia priista. Dicen que este lunes el PRI resolverá la expulsión de sus filas de Javier Duarte, a quien lo pusieron en suerte. Y la suerte de César Duarte Jáquez y Roberto Borge, ¿también está echada?
Esas son las cartas de presentación de Enrique Ochoa Reza.
5.- ¿Ya se habrá dado cuenta Ochoa Reza de la jugada que quieren hacer contra el gobernador electo de Tlaxcala, Marco Antonio Mena?, pregunta @jlca007
A los oídos de la politóloga Melita Peláez llegaron versiones de una jugada interesada que tiene que ver con un moche a una de las magistradas del TEPJF para anular el proceso y beneficiar a Lorena Cuéllar. El resultado se conocerá entre el miércoles o jueves de esta semana. Ya se verá.
A Álvaro Obregón se le atribuye la frase de que nadie resiste un cañonazo de 50 mil pesos, el de Tlaxcala dicen que es de 150 millones de pesos.