Alfa omega/Jorge Herrera Valenzuela
¿Y por qué no?
Hace unos días cuando conocimos del acuerdo que permitió a Televisa adquirir el 50 por ciento del capital social de SDP Noticias, la pregunta de los expertos en puntos de vista fue ¿cómo la ves? Y la respuesta de la reconocida politóloga Melita Peláez (Mela para sus detractores) fue otra pregunta: ¿Y por qué no?
Ante la ola de comentarios que ha despertado esta alianza, podemos concluir que Televisa buscó a SDP Noticias para incursionar en un terreno de la comunicación en redes sociales de importante alcance nacional, en el que se había quedado rezagada.
No hay misterio, a nadie llevaron a lo oscurito y tampoco se trata de un compló o de una conspiración trasnochada de la mafia del poder. Se trata de un acuerdo de beneficio mutuo para reforzar el alcance de usuarios directos de la información.
Nos caigan bien o no Federico Arreola y José Luis Camacho –ambos profesionales de la comunicación-, lo importante es que siempre han defendido la pluralidad de las ideas y su respeto por expresarlas. Así de sencillo.
SDP Noticias es un portal con 7 millones de usuarios únicos (certificados), mientras que Televisa y sus subsidiarias en conjunto tienen 12 millones de usuarios únicos.
Sin duda tendrá cambios, mejoras tecnológicas, pero conservará su controvertido staff de analistas, columnistas y sobre todo, el enfoque de la noticia porque se debe primero a sus usuarios.
El cambio nos alcanzó
Este episodio de una alianza entre empresas de comunicación nos da la oportunidad de examinar nuestro entorno, pues confirma que quienes nos dedicamos a la comunicación, personas y empresas, estamos frente al paradigma de las nuevas herramientas de la tecnología, el mundo online y las redes sociales.
Las empresas periodísticas tradicionales se han transformado paulatinamente y combinan hoy la producción de los diarios y revistas impresos en papel con los portales online, la producción radiofónica y la televisión por Internet. Y junto a esto las plataformas de las redes sociales que hacen eco de todo este concierto de información y datos.
Conocemos de empresas de información que surgieron en este nuevo ambiente pero que debieron aprender a manejar estos nuevos recursos sobre la marcha, simplemente porque no existían referentes.
SDP Noticias es un caso excepcional, pero debemos reconocer otros esfuerzos que han dado buen nivel al manejo de la información periodística, aunque con menor alcance.
En pocos años Quadratín, una agencia de noticias que surgió en Michoacán, hoy cuenta con oficinas en más de la mitad del país y sigue creciendo. Todo un fenómeno. Desde luego que en algunos estados existen portales de información regional, que han sido exitosos.
La agencia estatal de noticias, Notimex, merece un estudio aparte pues a punto de cumplir medio siglo de vida experimentó recientemente una profunda modernización para confirmar su paso a lo digital y al manejo de la noticia en tiempo real –un nuevo concepto de la temporalidad- sin descuidar la calidad.
Otros grupos de profesionales de la comunicación han destacado por enfocar su trabajo en los portales con periodismo de investigación y han obtenido buena respuesta de los cibernautas.
También hay que comentar que periodistas de altos vuelos como Carlos Ramírez, han cultivado las redes sociales para la difusión de los análisis de opinión y es pionero en la producción de libros en versión e-book.
Y no podemos dejar fuera a La Torre de Papel, una institución en la Ciudad de México que durante poco más de medio siglo fue el puesto de periódicos más grande del país –gracias a la visión de Jacqueline Evans-, porque concentraba todos los periódicos impresos de cada una de las entidades de la República.
Hoy a los ojos de Silvia Isunza Guzmán –su actual directora que ha dedicado 40 años de su vida a esta casa- la materia prima de la Torre de Papel ha dejado paulatinamente de ser precisamente el papel. Hoy es una torre en el ciberespacio, una puerta para la información vía online. Hay nostalgia, pero también realismo.
Ya no hay marcha atrás
Las redes sociales son un fenómeno de nuestro tiempo. En México el uso de smartphones creció casi 10 por ciento en un solo año y existen más teléfonos móviles con aplicaciones de internet que computadoras de escritorio.
La cantidad de mensajes de texto, de voz, videos y acceso a páginas web es abrumador. La importancia de este tráfico de datos e información es tal que algunas empresas –no sólo las comerciales- tienen sus propios departamentos on line y junto a ellos equipos de personas dedicadas a identificar en tiempo real las tendencias de la información, conocidos como Insights (o analistas de tendencias en redes).
El politólogo Aquiles Baeza está convencidos de que el periodismo, como la materia -estudiada por los científicos-, no se destruye, sólo se transforma, pero además se reinventa permanentemente.
Nunca como hoy los mensajes llegan tan rápido a los destinatarios, nunca pudimos imaginarnos la inmediatez de las imágenes, los videos, los periódicos, la radio y la televisión, todo en un dispositivo móvil. Aunque ojo, todavía más de las mitad de la población en México y el mundo no tiene acceso a los móviles y al internet.
Un gran periodista chiapaneco, Rodolfo (el Negro) Guzmán decía que las nuevas herramientas que hoy estamos ocupando en nada suplen el talento, la intuición y el compromiso de los periodistas. Y tiene razón.
Nuestros destinatarios están leyendo y viendo al mundo de una manera distinta a la que estábamos acostumbrados hace 20 años. Quienes nos dedicamos a la comunicación somos los responsables de darle valor y sentido a esa nueva manera de leer y de apreciar las cosas.
Y si las empresas de comunicación tradicionales se han venido ajustando a la nueva realidad, las empresas online están dando los pasos que siguen a su desarrollo que seguramente será en beneficio del destinatario.
Habrá quien no esté de acuerdo en el ejemplo que dio pie a esta reflexión entre SDP Noticias y Televisa, lo cual es muy respetable. Pero lo que no podemos hacer es cerrar los ojos a los cambios so riesgo de quedarnos en el camino y perdernos en las tinieblas.