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CIUDAD DE MÉXICO, 10 de agosto de 2017.- Eduardo del Río, Rius, llegó al Museo del Estanquillo. Las cenizas del dibujante autor de clásicos como El mito guadalupano o La panza es primero, fueron llevadas ahí por su familia, donde recibió un homenaje de parte de otros moneros, como Rafael Barajas El Fisgón, Kemschs (Arturo) o Rapé (Rafael Pineda).
Se trató de un homenaje antisolemne, pues como dijo su hija Citlali, a Rius le gustaba ver la vida de manera alegre. Por eso El Fisgón contó que a Rius –que después de pasar por un seminario declaró que no creía en Dios– se le aplicaba el colmo de un ateo, que es irse al cielo.
Recordó además que él tuvo contacto con el también autor de La Trukulenta historia del Kapitalismo, y si bien su voz ya se escuchaba débil, siempre estuvo lúcido con una gran memoria.
Rapé por su parte recordó que él tenía aspiraciones juveniles de ejercer otro oficio, pero cuando tuvo por primera vez entre sus manos un libro del creador de Los Agachados, su destino cambió.
Su editor, Ariel Rosales, propuso exhibir pinturas de Rius, pues también ejerció la pintura, sugerencia de la cual tomó nota el secretario de Cultura del gobierno capitalino, Eduardo Vázquez Martín.
Las cenizas permanecerán en el museo fundado por Carlos Monsiváis hasta las 20 horas, para que el público tenga la oportunidad de despedirse del caricaturista.