Teléfono rojo/José Ureña
De las tragedias hay que aprender para afinar protocolos.
De esperarse. El caso del niño ahogado en una escuela privada de gran reputación académica se contamina políticamente. Los dolidos padres de Abner piden el cierre definitivo del plantel, mujeres activistas disfrazadas de madres, pero sin tener a sus hijos ahí, se suman a la demanda y pintarrajean la fachada. La escuela cierra sus puertas para contribuir con las indagaciones, y los padres de familia exigen justicia y clases para sus menores.
Lo cierto, y como se dijo en este espacio, es que los protocolos para las actividades extracurriculares deportivas de los niños fallaron y ahora hay dos detenidos por posible homicidio imprudencial. La maestra de natación que se descuidó minuto y medio, y el salvavidas que se encontraba ausente del lugar al momento de iniciar la clase y darse el hecho.
Un juego de la pirinola donde todos pierden, más los padres que sufren la ausencia irreparable de su hijo. Pero no es con el cierre definitivo de las instalaciones del Colegio Williams como se resolverán o evitarán las tragedias con menores. Las circunstancias y los recientes hechos, exigen una revisión a fondo de los protocolos en las actividades extracurriculares de los menores, más aún en las deportivas donde los accidentes son el pan de cada día.
Por lo pronto, el colegio anuncia su retorno a clases con nuevas medidas:
“Con la profunda consternación que sentimos todos los miembros de esta comunidad, por la pérdida de nuestro alumno el pasado 7 de noviembre, y con el compromiso que como Colegio tenemos con la integridad emocional de nuestros alumnos y alumnas, hemos preparado el regreso a las actividades académicas programado para este jueves 17 de noviembre, en concordancia con lo señalado por la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México.
“Hacemos de su conocimiento que, con el objetivo de garantizar el ingreso ordenado y seguro de nuestros alumnos y alumnas, optimizaremos los diferentes filtros, por lo que solicitamos su apoyo para que las zonas de acceso sean exclusivas para sus hijos e hijas, incluso en el caso del cubo de la entrada principal del Campus Mixcoac. A la hora de salida, las madres, padres, tutores y tutoras de preescolar y primaria sólo podrán acceder hasta la puerta de cristal.
“Les pedimos, de la manera más atenta, tengan en la mano sus credenciales para poder ingresar a recoger a sus hijos e hijas.
“En el caso del Campus Jerónimo, los procedimientos de entrada y de salida se mantienen en los términos que se han manejado desde el inicio del ciclo escolar.
“Con el fin de mantener el orden en todo momento, pedimos su apoyo y colaboración para que la entrada en el caso del Campus Mixcoac pueda llevarse a cabo de forma escalonada, lo que nos permitirá agilizar los accesos y tener una entrada segura”.
Y como era de esperarse el regreso fue entre globos negros y blancos, al grito de “Abner habla por todos”.
Como se podrá observar hay todo un dispositivo para la entrada y la salida, pero no se indica nada, absolutamente nada, de las nuevas medidas o protocolos para las actividades extracurriculares, que es donde se debe poner énfasis. Ahora sí que después del niño ahoga se tapa el pozo, pero no se hace nada para que no vuelvan a caer al pozo. No se aprendió nada.
Reproduzco el testimonio de un padre de familia. Dice Ulises:
“El pasado lunes a las 11 am recibí un mensaje de la madre de mi hijo, avisándome que había muerto un niño en el colegio de mi hijo, la incertidumbre saltó en un instante, los whatsapp con chismes e información poco creíble no tardaron ni un minuto en llegarme, los 3 chats que tengo de padres sonando al máximo, lo primero que pensé era no hablar a la escuela y no alarmarme tanto de la situación.
“Mientras, seguían llegando mensajes y en poco tiempo una copia del acta de defunción del niño, indicando muerte por asfixia, la incertidumbre total.
Al día siguiente decidí que mi hijo no fuera a la escuela, ya que por experiencia personal, sabía que habría peritos y policías. Platicando con mi niño me dijo que las maestras continuaron con clases normales, solo no tuvo fútbol.
“Fue incertidumbre total, el martes y el miércoles recibimos un correo de la escuela avisándonos que no habría clases por el fallecimiento de un menor en sus instalaciones y que colaborarían con las autoridades, posterior a eso, un correo con un pésame y que las actividades serian suspendidas hasta el día jueves 17 y que estaban las puertas del colegio abiertas para cualquier duda de los padres.
“Debo decir que la comunicación de la escuela con mi familia siempre ha sido abierta y transparente, siempre he llevado a mi hijo a sus actividades y jamás he visto a un niño perdido o fuera de clases. Las invitaciones, siempre se hacen por correo institucional y se renuevan constantemente. Ha sido más la incertidumbre, creada por los mismos padres, que sin conocimiento de causa daban opiniones. La escuela y sus instalaciones son seguras”.