Transparencia, el reto de la transición al Inegi y la reforma necesaria
CIUDAD DE MÉXICO, 16 de abril de 2022.- El presidente Andrés Manuel López Obrador lamentó una “mala noticia: murió doña Rosario Ibarra de Piedra, quien nos recordará siempre el más profundo amor a los hijos y la solidaridad con quienes sufren por la desaparición de sus seres queridos. Ese era su verdadero partido aun cuando admiraba a Giordano Bruno”.
En Twitter, el mandatario reconoció que “a nosotros nos apoyó en todo momento y nunca olvidaré que mi madre votó por ella para presidenta de la República. Abrazo a sus hijos y a sus muchísimos seguidores y amigos”.
Antes, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) lamentó “el sensible fallecimiento de la luchadora social Rosario Ibarra de Piedra, madre de nuestra presidenta (Rosario Piedra Ibarra), Claudia, Carlos y Jesús, esta mañana en la ciudad de Monterrey, Nuevo León”, a los 95 años de edad.
CNDH destacó que María del Rosario Ibarra de Piedra fue pionera en la defensa de los derechos humanos, la paz y la democracia en México; además, fundadora del Comité ¡Eureka!, política mexicana.
En octubre de 2019, Rosario Ibarra de Piedra se convirtió en la sexta mujer, en 65 años, en ser distinguida con la Medalla Belisario Domínguez, por su lucha sobre las personas desaparecidas.
Se le entregó la máxima distinción que otorga el Estado mexicano y el Senado de la República, por la ciencia o la virtud en grado eminente, como servidores de la patria o de la humanidad.
En una Sesión Solemne en la Casona de Xicoténcatl, antigua sede de la Cámara de Senadores, su hija Rosario Piedra recibió de manos de la entonces presidenta de la Mesa Directiva, Mónica Fernández Balboa, la medalla y diploma correspondiente del galardón, en el que estuvo como testigo de honor el presidente Andrés Manuel López Obrador.
María del Rosario Ibarra de la Garza, mejor conocida como Rosario Ibarra de Piedra, nació en Saltillo, Coahuila en 1927 y fue una incansable activista, fundadora de una de las primeras organizaciones de madres, padres y familiares de desaparecidos.
Fue diputada, senadora y asesora política. Fue la primera mujer candidata a la Presidencia de la República en 1982 y 1988 por el ahora ya extinto Partido Revolucionario de los Trabajadores, en la segunda ocasión uniéndose a los reclamos de fraude electoral contra Carlos Salinas de Gortari.
El hecho que marcó su vida fue la desaparición forzada de su hijo Jesús Piedra Ibarra, un joven activista acusado de formar parte del grupo guerrillero Liga 23 de Septiembre, quien en 1974, a los 19 años, fue detenido de manera ilegal en Monterrey por agentes policiales que posteriormente lo entregaron a instancias castrenses.