
Teléfono rojo
En las grandes ciudades, el tránsito puede ser una experiencia compleja y riesgosa: cada cruce peatonal representa un desafío, especialmente ante el crecimiento de vehículos como motocicletas, bicimotos y scooters.
México ha experimentado una transformación en su parque vehicular. En 1980 se contabilizaban alrededor de 129 mil motocicletas; para 2023, esta cifra superó los seis millones, según el INEGI. Este crecimiento sostenido plantea nuevos retos para la seguridad vial.
Tan solo entre 2024 y lo que va de este año, en las líneas telefónicas del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) de la Ciudad de México hemos atendido 33 mil 219 reportes por incidentes relacionados con motociclistas.
Iztapalapa concentra el mayor número de estos casos, con el 16 por ciento, seguida por Gustavo A. Madero con 12 por ciento y Cuauhtémoc con 10 por ciento.
La velocidad con la cual motocicletas y unidades eléctricas como scooters, bicicletas motorizadas y triciclos de reparto forman parte del paisaje cotidiano se corresponde con el riesgo de accidentes, principalmente ante la conducción temeraria: circular entre vehículos, por carriles confinados, sobre banquetas o no respetar las señales de los semáforos.
Un ejemplo reciente en Iztapalapa ilustra esta problemática: una pareja que viajaba en moto perdió el control mientras se desplazaba entre vehículos; la copiloto fue arrollada por un tráiler.
El uso de este tipo de vehículos implica desafíos en materia de regulación, seguridad y convivencia vial. Ante esta situación, la Jefa de Gobierno de la CDMX, Clara Brugada, ha propuesto reformas a la Ley de Movilidad y al Código Penal. El objetivo es incluir a los vehículos eléctricos para regular unidades similares a las motonetas bajo el concepto de “vehículo motorizado eléctrico personal”.
Los conductores estarían obligados a contar con licencia y cumplir con el reglamento de tránsito vigente. Esta iniciativa busca mejorar la seguridad vial y evitar el uso indebido de estos medios de transporte.
Reconocer el valor funcional de la motocicleta no implica renunciar al orden. Por el contrario, solo bajo normas claras puede garantizarse una movilidad realmente accesible, equitativa y segura para todas las personas.
En países como la India, con más de 200 millones de motocicletas, estos vehículos no solo dominan el parque vehicular, se han convertido en un foco generador de percances, principalmente con peatones y ciclistas.
Una regulación a tiempo puede frenar accidentes y contribuir a una sana convivencia motorizada.