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WASHINGTON, 15 de agosto (Quadratín México).- Jóvenes indocumentados en Estados Unidos iniciaron hoy nuevo capítulo en su vida al entrar en vigor el programa de Acción Diferida, que les permitirá vivir y trabajar legalmente en el país por dos años sin temor a la deportación.
Los mexicanos indocumentados Iván Rosales y María Fernanda Cabello, quienes llegaron de niños a Estados Unidos, asistieron este miércoles a la sede del Foro Nacional de Inmigración en Washington para informarse e inscribirse en el programa.
El programa de alivio migratorio anunciado en junio pasado por el Departamento de Seguridad Interna “permitirá que pueda trabajar para pagar los estudios”, dijo Rosales, de 23 años, quien estudia Ciencias Políticas en la Universidad de Nueva York y llegó a los ocho meses al país.
A los 1.7 millones jóvenes indocumentados que se pueden beneficiar del programa se les conoce como “soñadores” o “dreamers” (en inglés), en alusión al proyecto de ley Dream Act, estancado en el Congreso, que busca su legalización permanente.
“Me siento emocionada y feliz, en mi familia yo era la única que no tenía papeles”, dijo la mexicana Myrna Orozco, de 23 años, quien desde temprano ayudó a otros jóvenes a llenar los formularios y también tenía previsto inscribirse.
Indicó que entre sus planes está continuar sus estudios de Ciencias Políticas, que interrumpió debido a que por su estatus migratorio no podía pagar las cuotas, y añadió que también le gustaría fundar una organización no gubernamental de asistencia a jóvenes.
Entre los “soñadores” voluntarios estaba la peruana Lucy Allaín, de 19 años, quien en el pasado participó en protestas contra el aspirante republicano a la Casa Blanca, Mitt Romney, por su rechazo a los programas de alivio migratorio para los indocumentados.
Por su parte, la ecuatoriana Gaby Pacheco, de 27 años, quien en 2010 participó junto con otros jóvenes indocumentados en una marcha de Florida a Washington, comentó que todavía le faltaba “el chequecito” de 465 dólares para completar la inscripción en el programa.
“Lo que más preocupa es que los jóvenes hagan las cosas muy apresuradamente sin ver los detalles, ni ver a un abogado”, sostuvo Pacheco, quien recomendó a los potenciales beneficiarios a informarse bien para evitar riesgos si tienen antecedentes penales.
A la sesión asistieron también los abogados Thomas Ragland y Denyse Sabagh, quienes destacaron que la información que los jóvenes presentan al Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) se mantendrá confidencial, como lo ha indicado la propia entidad.
Sabagh, quien apuntó que estaba prestando servicios voluntarios, indicó que los jóvenes tienen que enviar por correo certificado al USCIS copias de sus documentos originales, como acta de nacimiento, pasaporte o certificados escolares, entre otros.
Los solicitantes, que deben tener entre 16 y menos de 31 años, deben presentar pruebas de que han vivido en Estados Unidos al menos cinco años, que llegaron al país siendo niños y están inscritos en la escuela o han servido en las fuerzas armadas.
El coordinador nacional de la organización United We Dream, Carlos Saavedra, recomendó a los jóvenes a que “lean bien” los formularios, los cuales son sencillos, y que eviten pagar miles de dólares “por algo que puedes hacer tú mismo”.