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CIUDAD DE MÉXICO, 24 de septiembre de 2017.- La medianoche cayó sobre el edificio derrumbado de Tlalpan y Tasqueña y los trabajos de rescate de dos o tres personas que se cree siguen vivas entre los escombros.
La esperanza renació luego de que los trabajos entraron en pausa a causa del sismo de las 07:53 horas y que dejó la construcción sin más vulnerable y por lo cual Protección Civil de la Secretaría de Gobernación se resistiera a reanudar los trabajos, a cuatro días del terremoto del 19 de septiembre.
Pero a partir de las 15 horas reiniciaron las labores de rescate con el apuntalamiento de las zonas más débiles de lo que alguna vez fue un multifamiliar y ahora es una masa aplastada donde se ven ladrillos sueltos, paredes horizontales despostilladas, varillas al desnudo y retazos de lámina.
La esperanza se reforzó cuando a las 15:49 horas se pidió un silencio con el puño en lo alto, y se pidió otro a las 18 horas que incluso detuvo la circulación en Tlalpan, y a las 19 horas el optimismo aumentó con la aparición de los rescatistas japoneses.
De naranja y azul, subieron con cuidado a la cumbre del otrora edificio; apoyados en cuerdas, con arneses, revisaron algunas zonas y se vio como uno de ellos descendió y desapareció en un hueco.
Bajaron y volvieron a subir pero con un llamado binomio canino, que fascinó a los presentes. Bajaron y volvieron a subir y se registró movimiento en la parte posterior del edificio, otros hombres subieron y llevaron escaleras. Los militares que acordonaron la zona se formaron como si fuera a pasar una camilla, aunque a los pocos minutos se dispersaron.
Pero hasta las 12 de la noche los japoneses continuaban su labor, pero el ánimo descendió entre los vecinos y voluntarios, al correrse la voz de que pese al amparo que interpusieron para evitar la entrada de maquinaria pesada, Protección Civil ya no trabajaría manualmente con rescatistas.
Sin embargo, a la medianoche eran pocos voluntarios los que se habían retirado. La esperanza aún permanecía.