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CIUDAD DE MÉXICO, 30 de octubre de 2016.- El senador Mario Delgado Carrillo (PRD) reprochó que la Ley de Ingresos 2017 pretenda cambiar un artículo transitorio de la Ley de Hidrocarburos aprobada en 2014 para adelantar la liberalización del precio de la gasolina y el diésel en nuestro país.
“Se adelanta la liberalización del mercado de las gasolinas para que el gobierno pueda lavarse las manos de los gasolinazos y para asegurar el negocio de los privados”, subrayó el Legislador por la Ciudad de México.
Advirtió, que este adelantamiento obedece fundamentalmente a razones políticas para que el Gobierno a partir de 2017 argumente que los gasolinazos no son su responsabilidad, justificándose en que al tener un mercado abierto estos se van a deber a movimientos en los precios internacionales dos combustibles
A través de un comunicado de prensa, Delgado Carrillo añadió que el gobierno federal pretende liberar el precios de las gasolina ya que, “quiere afianzar el negocio de los privados, tiene miedo de correr el riesgo de que en 2018 nadie quiera invertir en México por el riesgo político que existe”.
Lamentó que el gobierno evite que la Cofece emita una declaratoria de condiciones efectivas de competencia en el mercado de las gasolinas y diésel pues tendría que indicar que no hay condiciones para abrir el mercado, por lo que dijo, tendrían que tomarse una serie de acciones previas en el tema de instalaciones, transportes y almacenamiento para que finalmente pudiera ocurrir.
Sobre cómo afectará a los ciudadanos esta liberalización, añadió que paradójicamente con estas medidas se tendrá un aumento inmediato y desproporcionado en el precio de las gasolinas, y advirtió que en aquellas regiones de mayor pobreza, de menor infraestructura, la gasolina será aún más cara, preguntándose si esos son los beneficios del mercado abierto que tanto se presume.
“Es una farsa decir que podemos tener un mercado competitivo de gasolinas en nuestro país porque hay una gran intervención del Gobierno en el precio de la misma, por lo menos el 40 por ciento del precio final es el impuesto que cobra el Gobierno, esta nueva forma que tiene de hacerse de recursos que ha pasado de la petrolización a la gasolinización de las finanzas”, sentenció.
En este sentido comentó, que se debe analizar también qué está pasando con la balanza comercial y con la cuenta corriente, ya que la importación de gasolinas representa el 88 por ciento del déficit de la balanza petrolera y el 62 por ciento del déficit de la balanza comercial.
Delgado Carrillo explicó que el déficit creciente está causando un desequilibrio en la cuenta corriente que ya es de 3.2 por ciento del PIB y que se aproxima al límite insostenible de 4 por ciento.