Fortalece SE certeza jurídica para Mipymes y sistema mercantil
CIUDAD DE MÉXICO, 3 de febrero (Quadratín México).- La política tributaria actual mantiene un desequilibrio estructural que se refleja en un endeudamiento constante para financiar los faltantes de las cuentas públicas. aseguró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Mientras no haya un sistema hacendario eficiente, al considerar ingresos y gastos, la posibilidad de estimular a todos los factores para acelerar un elevado ritmo de crecimiento económico seguirá retrasándose y, con ello, el bienestar de las familias, expuso.
Entre los elementos para elevar el crecimiento, destaca preservar la estabilidad macroeconómica, incrementar la inversión que propicie la generación de empleos productivos y estimular un desarrollo regional y política industrial que haga más competitiva a la economía.
Además, factores como una mejora en el financiamiento y fortalecer el Estado de derecho, considera el organismo de investigación del sector privado en su reporte semanal “Análisis económico ejecutivo”.
Destaca por ello la importancia de una reforma hacendaria, pues se basaría fundamentalmente en la necesidad de corregir estos desequilibrios que han inhibido un mayor crecimiento y una mejor distribución del ingreso.
No obstante, acota el CEESP, esto no se resolverá solo con una visión recaudatoria, es decir, con ajustes en el sistema tributario a través de nuevos impuestos o mayores tasas.
Ello, sobre todo cuando no se consideran acciones claras en materia de aumentar la base gravable y reducir significativamente la evasión y elusión fiscales que la complejidad del sistema fiscal ha fortalecido desde hace ya muchos años.
Además, continúa, mientras no se tome con la seriedad debida la importancia de llevar a cabo una reingeniería del gasto público, el dispendio de recursos continuará siendo un factor en contra de los niveles de recaudación.
Esto, como consecuencia de que si los causantes cautivos no perciben beneficio alguno del pago de sus impuestos, los incentivos a participar con el fisco se reducen, señala el organismo.
Refiere que la asignación de recursos que ha privado en el gobierno federal también ha contribuido a limitar los recursos que se podrían canalizar a programas con mayores beneficios para el bienestar de la población y crecimiento de la economía.
De mantenerse este entorno, advierte, la deuda pública seguirá al alza, aunque se argumenta que su nivel no es preocupante si se compara con otros países.
No obstante, señala, para el país si puede ser complejo un aumento en los niveles de endeudamiento público, ya que esto implica que el sector público competirá cada vez más por recursos que deberían estar canalizados al financiamiento del sector privado productivo.
Refiere que según los resultados de las finanzas al cierre de 2012, dados a conocer por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el sector público tuvo un déficit de 403.6 mil millones de pesos, lo que equivale a 2.6 por ciento del PIB, superior en dos décimas de punto porcentual a lo previsto en los Criterios Generales de Política Económica para 2013.
Esto contribuyó para que el saldo de la deuda neta del sector público se elevara a cinco billones 352.9 mil millones de pesos o 32.6 por ciento del PIB, “comportamiento que deja claro que el objetivo de balance cero no es real, sobre todo cuando ya se tiene previsto que en 2013 habrá un déficit equivalente a 2.0 por ciento del PIB”, señala.
El organismo refiere que si a esto se suma la deuda de los estados y municipios, el total de endeudamiento se eleva a 38.6 por ciento, medio punto porcentual por arriba de la cifra del 2011 y casi nueve puntos por arriba del nivel de 2006.
Este porcentaje se mantuvo dentro del rango inferior al 40 por ciento del PIB que el CEESP considera que pondría en peligro la salud de las finanzas públicas.
El objetivo del Programa Anual de Financiamiento 2013 de la SHCP, refiere, es cubrir las necesidades de financiamiento del gobierno federal con un balance de deuda interna y externa que se traduzca en bajos costos de financiamiento a lo largo del tiempo.
Lo anterior, con un nivel de riesgo prudente, que considere diversos escenarios, al tiempo que preserve las fuentes de acceso al crédito y fortalezca el mercado local de deuda.
No hay duda de que esto es básico, pero el objetivo principal debería ser reducir el nivel de deuda como porcentaje del PIB, plantea el organismo.
Aun cuando el mayor porcentaje de deuda sea interna y se logren mejores condiciones de financiamiento, el sólo hecho de que los flujos de financiamiento sigan al alza, inhibe el beneficio de menores tasas independientemente del origen de los recursos, señala el organismo.
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