Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
TIJUANA, BC.- 31 de enero de 2020.- Séance, pieza de teatro inmersivo en el Centro Cultural Tijuana (Cecut), propone una experiencia sensorial que lleva a percibir los límites entre la realidad y la imaginación de cada espectador, dejando una franja de incertidumbre acerca de lo realmente sucedido.
Mediante una serie de estímulos controlados, esta pieza de experiencia sensorial se ha presentado con gran éxito en Londres, Melbourne y otras capitales mundiales, mientras que en México lo han experimentado públicos de Ciudad de México, Monterrey, Saltillo y Guadalajara, donde dejó sembradas sensaciones de asombro e incredulidad respecto a su contenido y naturaleza.
El azoro empieza desde que el público debe ingresar a un contenedor donde solo caben 24 personas, quienes participan en una sesión espiritista en un ambiente de total oscuridad; sentados alrededor de una mesa, los espectadores se colocan unos audífonos, ponen las manos sobre la superficie, mientras la voz de un ‘médium’ va guiando la sesión… y lo que sucede a continuación cada quien lo interpreta a su manera.
Si bien es una representación, la pieza está lejos de constituir una obra de teatro convencional, con su planteamiento, desarrollo y desenlace, pues está estructurada de tal forma que todo sucede en la cabeza del público y, más precisamente, en su imaginación.
La función dura 15 minutos y lo que sucede en ella es difícil de describir porque cada una de las personas experimenta cosas distintas en una vivencia que algunos consideran alucinante, otros aterradora y todos fuera de lo ordinario.
Tras la experiencia vivida dentro del contenedor, ninguno de los espectadores atina a ponerse de acuerdo sobre lo que ha experimentado, de modo que Séance actualiza el viejo refrán aquel de que “cada cabeza es un mundo”, toda vez que todos interpretan la experiencia conforme a lo que imagina o cree que ha sucedido.
Jacobo Márquez, productor de esta pieza de teatro inmersivo, explica que el espectáculo “trata de explorar los miedos y las fobias de la gente; jugar con el miedo y el terror, y lo hace a través de una sesión espiritista que se desarrolla en completa oscuridad, lo que priva al público del sentido de la vista”.
Márquez cuida de no revelar el contenido de la experiencia que se vive dentro del contenedor y señala: “Lo que pasa cuando se pierde un sentido, es que los demás empiezan a hacer el trabajo del que se ha obstruido, en este caso, la vista, y eso hace que los demás sentidos se despierten, agudicen y se alteren, de manera que la mente comience a trabajar con lo que está sucediendo alrededor”.
El resultado, añade, es que “la gente no se explica lo que ocurre en la sesión espiritista y le toma tiempo entender lo que acaba de suceder, de modo que cada quien lo interpreta de modo muy personal”.
Séance es un proyecto de la compañía inglesa Darkfield, que se especializa en experiencias teatrales inmersivas diseñadas para generar en el público la sensación de haber visitado otro mundo, muy diferente al que está acostumbrado.