
Con 26 más, cae presunto líder de Los Alfas en Toluca
CIUDAD DE MÉXICO, 6 de agosto de 2025.- La Selección Nacional de Baloncesto en Silla de Ruedas de México tiene una cita en la IWBF Americas Cup 2025, que se disputará del 9 al 17 de agosto en Bogotá, Colombia. Gracias al respaldo de Banco Azteca y Fundación Azteca, los atletas mexicanos no solo participarán, sino que lo harán con equipo completo, condiciones dignas y el respaldo de una comunidad que no los dejó solos.
Organizado por la International Wheelchair Basketball Federation (IWBF), este torneo es clasificatorio para la Copa del Mundo y los Juegos Paralímpicos. Participan selecciones como Estados Unidos, Brasil, Canadá, Argentina y México. Para la delegación mexicana, llegar hasta aquí ha implicado sortear obstáculos institucionales, económicos y logísticos, según un comunicado.
Desde la desaparición de la federación mexicana de baloncesto adaptado en 2022, la Selección Nacional quedó sin respaldo oficial. Frente a ello, las y los jugadores jugadores se organizaron mediante la asociación civil Wheelchair Basquetbol México A.C., saneando finanzas, reactivando vínculos internacionales y reabriendo las puertas del deporte para representar dignamente a México.
Con apenas semanas para resolver la logística del viaje, el equipo lanzó una campaña en redes sociales. Banco Azteca y Fundación Azteca respondieron con acciones concretas bajo su iniciativa “Apoyar Nos Toca”, que mpulsa causas marcadas por el esfuerzo, la disciplina, el mérito y el liderazgo colectivo.
“Este respaldo es mucho más que un patrocinio significa un reconocimiento a nuestro esfuerzo. Vamos con la frente en alto gracias a la confianza en nuestro trabajo”, afirmó Anaisa Pérez Pacheco, presidenta de la asociación y jugadora activa del equipo.
Banco Azteca y Fundación Azteca respondieron de forma inmediata, brindando apoyo directo y sin intermediarios para cubrir necesidades clave del equipo rumbo a la competencia. No hubo intermediarios ni burocracia: se trató de una acción directa y oportuna que marcó la diferencia.
El gesto no solo permite la participación mexicana, también lanza un mensaje poderoso sobre cómo la alianza entre la iniciativa privada y la sociedad civil puede reconstruir espacios institucionales que antes parecían perdidos. Según datos del INEGI, más de 20 mil personas con discapacidad practican deporte de manera organizada en México, pero menos del 10% accede a competencias de alto rendimiento por falta de recursos. Esta intervención representa un modelo replicable para otras disciplinas.
El torneo en Bogotá será un termómetro de rendimiento, sí, pero también una plataforma de visibilidad para México. En un contexto donde la inclusión sigue siendo una deuda histórica, el hecho de que el equipo nacional viaje completo, uniforme y con dignidad, representa una victoria más trascendente que cualquier medalla.
Mientras el balón comienza a rodar en Bogotá, México ya anotó su primer punto: demostrar que la unión entre atletas, sociedad civil y empresas con compromiso puede mover montañas. En esta Copa, el marcador empieza con una victoria moral.