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CIUDAD DE MÉXICO, 21 de julio de 2017.- El Deprimido Mixcoac, que será inaugurado el 12 de agosto de este año, tendrá dos túneles, uno encima del otro y será el primero de este tipo en la Ciudad de México.
Así lo dijo a Quadratín México el ingeniero Jesús Zenteno, encargado del Apoyo Técnico por parte de la Dirección de Obras Públicas de la Secretaría de Obras (Sobse) capitalina, quien con un recorrido explicó cómo funciona el sistema de dos mil 400 pilas colocadas como muro de contención entre los túneles y las obras exteriores ajenas al deprimido, y que se enclavan 28 metros hacia abajo.
“Estamos en un empotramiento de la pila de seis metros hacia abajo, en el nivel menos uno [el primer túnel], tenemos esta altura, más o menos 11 metros, cabe un tráiler, y tenemos otra sección 11 metros en el nivel menos 2, sumados pilas de 11 más 11 más el empotramiento de seis metros, tenemos una pila de 28 metros”, destacó.
Otra innovación que presentará el deprimido –que ayudará a desfogar el tránsito vehicular en el cruce de Insurgentes con Circuito Interior– es que tendrá en su kilómetro 300 metros de extensión de cada túnel, 14 extractores para que en caso de acumulación de emisiones contaminantes de dióxido de carbono, limpiar el aire y evitar a los automovilistas sean víctimas de irritaciones respiratorias o en los ojos.
Así lo mencionó mientras acompañó a Quadratín por ambos túneles que aún huelen a concreto fresco.
“Se trata de dar seguridad, como es una zona cerrada que tenga un sistema de ventilación, por eso se colocaron extractores, va a tener un sistema de medición para la concentración de dióxido de carbono o si el aire que contiene el túnel es de mala calidad, entonces los equipos de manera simultánea comenzarán a trabajar para sacar los gases emitidos por los vehículos. Aquí es donde vamos a poner en marcha el funcionamiento de estos equipos”, dijo, mientras mostraba unos motores gigantes empotrados en las paredes del aún flamante túnel.
Además cada túnel contará con luminarias y cámaras conectadas al sistema de monitoreo C4 para tener en imagen lo que ahí sucede.
Colocada a desnivel, la obra cuenta con un sistema de recolección de agua y desde la superficie exterior habrá unas atarjeas por donde el agua se irá hacia abajo y ya no llegará al túnel, afirmó el ingeniero, quien resalta que además de que el deprimido recortará los tiempos, dará seguridad a quienes lo usen.
“Podemos garantizar en la vía va a ser muy rápido, que sientan que al ingresar al túnel van a contar con las medidas de seguridad adecuadas, con el sistema de ventilación, la iluminación y el equipo, la red contra incendios en caso de un siniestro y que hagan uso de equipo de extintores, si llega a presentarse una contingencia, aparte está el monitoreo de las cámaras conectadas al C4 para que tengan la atención inmediata. En seguridad estamos tratando de cubrir al cien por ciento esos aspectos”.
Los dos túneles forman parte de un conjunto de obras cuyo objetivo es lograr que en el Circuito interior haya 34 kilómetros –de los 42 que mide la vialidad– sin semáforos, y entre las cuales se encuentra la rampa de Molinos, los túneles laterales de Tlalpan y los puentes vehiculares de Tezontle y el de Avenida Te, y la adecuación vial de Oriente 106.
El desnivel permitirá mejorar la interconexión con Insurgentes, Eje 8 Sur y Barranca del Muerto, y permitirá disminuir el tiempo de recorrido, anteriormente de 30 minutos por esa zona, y se prevé que en cuanto circulen autos será en cinco minutos.
El conjunto de obras, incluido el llamado parque lineal de Insurgentes y Circuito Exterior, sumará un costo de seis mil 500 millones de pesos y el contrato con el consorcio encargado de la obra incluye el mantenimiento correctivo interior.