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href=»http://mexico.quadratin.com.mx/wp-content/uploads/2013/03/Sergio-Puyol.jpg»>CIUDAD DE MÉXICO, 18 de marzo (Quadratín México).- Sergio Pitol Demeneghi nacido en 1933, novelista, cuentista, traductor y diplomático poblano, que cumple 80 años de vida, errante y viajera, ha enseñado a las nuevas generaciones de narradores a “leer con detenimiento, a tener la capacidad de ver todo con ojos de extranjero”. Ellos reconocen la “deuda infinita” que tienen con la vocación traductora de su “abuelo literario”.
Su obra, descartando sus traducciones: Tiempo cercado (1959), Infierno de todos (1965), Los climas (1966), No hay tal lugar (1967), El tañido de una flauta (1973), Asimetría (1980), Nocturno de Bujara (1981), Cementerio de tordos (1982), Juegos florales (1985), El desfile del amor (1985), Domar a la divina garza (1988), Vals de Mefisto (1989), La casa de la tribu (1989), La vida conyugal (1991), El arte de la fuga (1996), Todos los cuentos más uno (1998), Soñar con la realidad (1998), El viaje (2000), Todo está en todas las cosas (2000), De la realidad a la literatura (2002), El mago de Viena (2005); Trilogía de la memoria (2007), que agrupa El arte de la fuga, El viaje y El mago de Viena, Autobiografía soterrada (2011).
“Aquello que da unidad a mi existencia es la literatura. Todo lo vivido, pensado, añorado, imaginado, está contenido en ella. Más que un espejo es una radiografía: es el sueño de lo real”, dijo una vez Sergio Pitol, antes que le aquejara la enfermedad que le ha impedido el habla durante los últimos años.
Atrás quedó su infancia difícil, pues la madre de Pitol murió cuando él tenía cuatro años de edad y al poco tiempo contrajo la malaria que lo obligó a mantenerse encerrado prácticamente hasta los 12 años; ahora es un hombre alegre, vital.
El estudioso de la obra del Premio Cervantes 2005, quien se licenció en Derecho por la UNAM, fue estudiante en Roma, traductor en Pekín y en Barcelona, profesor en Xalapa y Bristol, y miembro del Servicio Exterior desde 1960, indica que lo que más le sorprende es su conocimiento de la literatura latinoamericana.
A sus 80 años, Pitol lee todos los días periódicos mexicanos y extranjeros, sigue traduciendo, edita, lee a escritores jóvenes, recomienda autores para la Feria del Libro Universitario y para el Hay Festival de Xalapa, escucha una ópera todos los días y disfruta de su casa-biblioteca, a donde le acaba de llegar la primera traducción de una de sus novelas al hebreo.
QMX/arm