Cerramos la etapa del institucionalismo neoliberal, considera Monreal
CIUDAD DE MÉXICO., 25 de noviembre de 2021.- En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer en el Congreso de la Ciudad de México, la diputada Daniela Gicela Álvarez Camacho destacó que hay claroscuros que quedan pendientes a nivel social, pero también por el actuar de las autoridades ante una fémina que ha decidido denunciar alguna agresión que haya sufrido.
Durante el posicionamiento de la Asociación Parlamentaria Ciudadana, la legisladora reconoció los avances, pero también señaló los temas que aún no se superan en la materia, como la reticencia al uso de lenguaje inclusivo, pero, sobre todo, de agresiones por parte de las instancias encargadas de atención a víctimas.
“Si la víctima se anima a denunciar un acto de agresión, de inmediato comenzará un nuevo proceso de agresión institucionalizada, le formularán preguntas y cuestionamientos tendentes a responsabilizarlas de sufrir esa agresión. Peor aún, si en el proceso penal la víctima logra empoderarse eso no sirve al sistema de justicia pues en la gran mayoría de los casos, el sistema quiere una víctima que cumpla con todos sus mitos y prejuicios que la persona agredida: sumisa, indefensa, dependiente, es decir despojada de toda dignidad”, dijo
La representante añadió que estos comportamientos de la autoridad son fruto de los rígidos controles de género, los estereotipos y los prejuicios cuya consecuencia, será un desequilibrio de poder que impactan en la vida y la libre determinación de las mujeres.
Adicionalmente, la diputada del Partido Acción Nacional indicó que otro de los pendientes se genera a nivel social, con la reticencia para el uso de lenguaje inclusivo, fundamental para el reconocimiento de grupos y minorías, pues, aseguró, “lo que no se menciona, no existe”.
“Quienes niegan la oportunidad del lenguaje inclusivo no reconocen que mediante el lenguaje se puede ejercer una violencia no visible e indirecta, pues implica afirmar la inexistencia, la negación a reconocer a la otra y en consecuencia de sus necesidades, las mujeres desaparecen como personas, sus percepciones, perspectivas, y experiencias no existen y se les condena a la desigualdad, explotación y represión. Pues, quien no existe no tiene derechos”, comentó.
Agregó que, con la llegada de las nuevas tecnologías, el lenguaje utilizado ha dejado en la indefensión a las féminas, moldeando una forma de comunicación que debe cambiar.
“Mediante el uso del lenguaje se cometen distintos actos de violencia contra la mujer. Las tecnologías de la información han democratizado la manera en cómo se accede, se comparte y se difunde la información. La interacción social en contextos virtuales también nos ha mostrado una faceta de violencia contra la mujer. Es frecuente que a las mujeres en ámbitos digitales sean denostadas, no por sus acciones u opiniones, sino que sean sujetas de agresiones que implican siempre una invasión a la vida privada, amenazas a su vida e incluso, una constante es la relación a temas sexuales como mecanismo de agresión”.
Durante el uso de la palabra en el Pleno de Donceles, la legisladora blanquiazul sostuvo que las políticas públicas aún deben esforzarse por cambiar costumbres y mitos arraigados en nuestra sociedad, para no dejar en la indefensión a este sector.
“Hoy me encuentro ante un cuerpo legislativo en el que se ha conseguido la paridad de género. Me siento acuerpada por mujeres que venimos de distintos contextos de vida, que tenemos diferentes puntos de vista, pero de un par de cosas puedo estar segura que nos igualan: nadie nos regaló los espacios que ahora ocupamos y que, aún considerando las particularidades de cada una de nosotras, tenemos la capacidad de construir en sororidad y que no cederemos ante los prejuicios y estereotipos que obstaculizan los derechos de la mujer a vivir una vida plena y libre de violencia”, finalizó