Eliminar autónomos, un autoengaño/Bryan LeBarón
El juicio que se le sigue, en Nueva York, a El Chapo Guzmán se ha convertido en un espectáculo con todos los ingredientes para una serie de televisión.
Las declaraciones del hermano del Mayo Zambada, del apodado Rey Zambada, como testigo protegido de la Fiscalía, es decir contra el que fuese su principal socio, han alimentado el imaginario colectivo. Y, sobre todo, han proporcionado elementos para documentar lo que ha sido una verdad a voces, un tema de simple sentido común: la inmensa colusión de las autoridades, en todos los niveles, en todo el país, para el trasiego de droga.
Imposible imaginar, valga un ejemplo, que la droga que descargan los criminales en la Frontera Sur, Chiapas o Quintana Roo, pueda recorrer todo el país, todos los retenes, incluidos los militares, sin protección oficial.
Lo que Zambada vino a decir sobre Genaro García Luna, que no creo y parece que el FBI tampoco, es un elemento a tomar en cuenta sobre los muchos millones de dólares que estos criminales manejan como “sobornos”. ¿Pudieron llegar al presidente Peña Nieto y, antes, a Felipe Calderón? Me parece imposible. Imaginemos que cualquiera de los dos se sienta, en un restaurante, en una casa, a comer, a platicar con uno de estos señores… La escena corresponde, únicamente, a uno de los capítulos de las series de televisión que dirige Epigmenio Ibarra con gran éxito.
¿Un mandatario, presidente constitucional, envuelto en sobornos y corrupción criminal? Sería terrible. Caeríamos, para tomar la metáfora de López Obrador, en un inmenso pantano si así fuese.
¿Hasta dónde llegan estas complicidades criminales? Supongo que arriba de los mandos medios… ¿Hasta el escritorio de un secretario? ¿Hasta el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional? Recordemos que el general Gutiérrez Rebollo siempre dijo que Amado Carrillo le había enviado 60 millones de dólares al entonces secretario de la Defensa Nacional, general Enrique Cervantes Aguirre.
¿Son fantasías?
Habrá que esperar para conocer otras declaraciones, la Fiscalía tiene dos testigos protegidos más, ya citados para el juicio. ¿Estas afirmaciones tienen valor legal, se iniciará una investigación?
Por lo pronto, por razones de afecto entrañable, me da mucha alegría que este personaje, el Rey Zambada, haya declarado que José Luis Santiago Vasconcelos, cuando era el Zar Antidrogas, cuando los perseguía desde su oficina de la SIEDO, no recibió un centavo de ellos. Por lo que ordenaron matarlo. Pero, así lo cuenta, no pudieron hacerlo porque hasta a los sicarios contratados les pareció un asunto muy fuerte.
Santiago Vasconcelos moriría en un accidente de avión, cuando viajaba con Juan Camilo Mouriño, años después. Y el gobierno, el sistema político, ha sido muy ingrato con su memoria. Fue un policía impecable, eficiente, inteligente. Un hombre de infinita honestidad y congruencia. Un funcionario público que no pudieron asustar ni comprar.
Hoy es la palabra de uno de estos jefes criminales la que nos recuerda de qué tamaño fue su convicción al lado de los buenos, para decirlo de una manera coloquial…
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