El presupuesto es un laberinto
¿Emergencia nacional?
El secretario de Seguridad Pública fue contundente: “México enfrenta una crisis de inseguridad y violencia en diversas regiones que se ha convertido en una emergencia nacional”.
Por lo tanto, hizo hincapié, se necesita a la Guardia Nacional ya que es sin ésta “no se va a resolver la crisis”. Una situación de violencia que no se había visto desde la Revolución, aseveró.
El panorama nacional, visto desde esta óptica, es muy preocupante. ¿Amerita la declaración de un Estado de Emergencia? A lo que se han negado siempre los mandatarios, también desde la Revolución.
Según Alfonso Durazo tenemos una emergencia nacional sin policías “con la fuerza para hacer frente a los grupos criminales, los cuales tienen una enorme capacidad de fuego y se han infiltrado en todos los niveles del poder público”. Y, sin cambios legales, constitucionales, indispensables para la participación legítima de los militares y la creación de una Guardia Nacional.
El gobierno declara. Los legisladores escuchan. Y nosotros seguimos contando los muertos. Los atentados. Los enfrentamientos. Los policías asesinados. Los secuestros. Los feminicidios. Las cabezas abandonadas con mensajes. Las acciones criminales que son el pan diario.
Al gobierno de la República le urge que el Congreso apruebe cambios constitucionales para la creación de la Guardia Civil. Que debería, tendría que estar bajo el mando de un militar. Y, también, va en paquete, que suscriba un artículo transitorio que permita, legalmente, la participación de las fuerzas armadas en tareas de seguridad.
Ahí está detenido todo lo que puede hacer, o hará el gobierno en materia de seguridad. Todo indica que, forzosamente, con la participación de las fuerzas armadas.
Los argumentos presentados por el titular de Seguridad, así como del gral. Luis Cresencio Sandoval y del almirante Rafael Ojeda, ante los senadores fueron más duros. Incluyendo las declaraciones de Durazo de que sin los cambios constitucionales las fuerzas armadas se retirarán. Esto cuando, sin existir la Guardia Nacional, la Secretaría de la Defensa Nacional envió mil 800 elementos a Tijuana que es la ciudad con mayor número de crímenes violentos.
Sin que se haya aprobado la Guardia Nacional, cientos, miles de jóvenes ya se han inscrito en ésta, ya han acudido a pedir formar parte de ésta.
¿Qué sigue? La decisión está en manos de los senadores primero, después de los diputados y, otra vez, en el voto de los senadores, para pasar por los Congresos locales. ¿Se atreverán a dar marcha atrás a esta iniciativa, a mandar a las fuerzas armadas a sus cuarteles, a dejar en estado de indefensión a millones? El problema grave está en la falta de conocimiento de temas de seguridad en muchos, mayoría tal vez, de los legisladores.
Valga el ejemplo de las declaraciones de Tatiana Clouthier, entrevistada por El Financiero, afirmando que ella de seguridad solamente sabe “echar el cerrojo de su casa”. Cuando es una de las voces que encabeza, en el Congreso, la oposición a la Guardia Nacional, a la presunta “militarización”, al mando militar de la misma, a los cambios constitucionales… ¿Qué se puede esperar de otros legisladores?…
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