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CIUDAD DE MÉXICO, 18 de marzo (Quadratín México).- El modelo energético que ha sostenido México durante décadas está agotado, por lo que se necesita una reforma profunda acorde con la realidad del país, y no acotada por mitos y dogmas anacrónicos.
El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Gerardo Gutiérrez Candiani, sostuvo que la reforma energética es una oportunidad única para los mexicanos, la gran apuesta del sexenio, que exige modernizar el marco jurídico, como se reconoce en el Pacto por México.
“El sector empresarial apuesta por el futuro: no a una privatización de Pemex, sí a un aumento exponencial de la inversión productiva y creadora de más y mejores empleos”, añadió en su mensaje semanal “La Voz del CCE”.
Advirtió que si México no toma decisiones acertadas en materia energética, nuestra capacidad para superar una amplia gama de desafíos sistémicos, incluida la estabilidad macroeconómica, se verán seriamente comprometidos.
Resaltó que este 18 de marzo se cumple el 75 aniversario de la expropiación petrolera, una decisión que tomaron y respaldaron los mexicanos de 1938, según las necesidades y circunstancias de su tiempo.
Los mexicanos de hoy, tenemos que asumir los desafíos, las oportunidades y las responsabilidades que nos toca afrontar en este momento y de cara al futuro, subrayó en el reporte titulado “La disyuntiva a 75 años de la expropiación petrolera”.
Ratificó que el modelo energético que ha sostenido el país en décadas está agotado y nos cuesta muy caro en inversiones sin realizar, empleos no generados, crecimiento restringido y el riesgo de que estos costos de oportunidad se tornen en un declive difícil de revertir.
Así, agregó, se necesita una reforma profunda, de acuerdo a lo que le conviene a México en su realidad actual, y no acotada por mitos y dogmas anacrónicos, que suelen utilizarse para confundir y mentir, como instrumento de manipulación política o para perpetuar intereses creados, con altas dosis de corrupción y despilfarro.
Gutiérrez Candiani consideró que la historia debe servir para orientar las decisiones que tenemos que tomar, no para vivir atados a ella, sin visión de futuro y perdiendo oportunidades para el progreso y el bienestar de todos los mexicanos.
Afirmó que es insostenible el marco jurídico el modelo energético actual, y nos pone ante la disyuntiva de emprender una reforma que haga de este sector una palanca real de desarrollo sumamente poderosa o administrar un estancamiento con tendencia al deterioro.
El dirigente de la cúpula empresarial del país, señaló que México tiene hoy uno de los esquemas regulatorios más restrictivos del mundo en materia energética.
Ante ello, opinó que Petróleos Mexicanos (Pemex) necesita socios con los que comparta riesgos para sacar adelante proyectos que suponen grandes inversiones y la adopción de tecnologías con las que no contamos.
“Este es un camino similar al que siguen prácticamente todos los países y todas las compañías petroleras del mundo, estatales y privadas. No implica ni privatizar, ni que el Estado ceda la rectoría petrolera, ni perder soberanía. Que no se engañe con estas ideas”.
Precisó que el sector empresarial apuesta, no a una privatización de Pemex, pero sí a un aumento exponencial de la inversión productiva y creadora de más y mejores empleos, sumando las capacidades del Estado y de la iniciativa privada.
Con ello, se podrán generar más ingresos para la nación, empleos y oportunidades para todos, recursos que se traduzcan en bienestar tangible para la población, bases para el crecimiento y la competitividad de nuestra industria, añadió.
“No basta con cambios administrativos o a medias, no lo permite la situación financiera de Pemex, con su deuda, sus pasivos laborales y pérdidas, cuando todas las otras grandes petroleras están entre las empresas de mayor crecimiento en utilidades y proyectos de inversión en el mundo”, aseveró.
El presidente del CCE planteó que la petrolera debe tener autonomía, operar fuera del presupuesto de la Secretaría de Hacienda y tener margen de maniobra para asociarse con otras firmas bajo un esquema ganar-ganar.
Mencionó que la economía mexicana se ha diversificado, pero las finanzas públicas siguen petrolizadas en más de una tercera parte.
Refirió que la producción de crudo ha caído casi 25 por ciento en una década, de un pico de alrededor de 3.4 millones a 2.6 millones de barriles diarios, y es remota la posibilidad de que de forma inercial puedan recuperar niveles de más de 3.0 millones de barriles diarios.
Alertó que a este paso, sin cambios, podríamos convertirnos en importadores netos de hidrocarburos en los próximos 10 años, con un cese de las exportaciones a Estados Unidos, donde tiene lugar un gran relanzamiento energético e industrial con base en el gas shale, que podría darle la autosuficiencia energética en ese mismo lapso de tiempo.
Gutiérrez Candiani apuntó que el gran reto de la región de América del Norte es lograr la integración y autosuficiencia energética, para recuperar los niveles de competitividad que habíamos perdido.
“El reverso del reto es la oportunidad: México está maduro para insertarse con una posición de privilegio en la reconfiguración energética global, que tiene como principal escenario a nuestra región. Podemos colocarnos en situación muy favorable para el impulso industrializador al que están llamadas varias zonas del país”, sostuvo.
Abundó que la necesidad de complementar la inversión estatal en hidrocarburos se sustenta en que hemos entrado a una fase de extracción de petróleo y gas más compleja y de mayor costo, pero de enorme potencial.
El país tiene miles de millones de barriles de petróleo en aguas profundas del Golfo de México y probablemente el cuarto lugar en reservas de gas shale en el mundo, mencionó.
México tiene todo para ser un líder en la revolución energética global, pero advirtió que si sigue anclado por barreras de carácter político e ideológico; mientras se acentúa la subinversión de años y la renta petrolera se agota a cambio de gasto corriente, sólo verá pasar de largo la gran oportunidad, añadió el dirigente del CCE.
“Escribamos un caso de éxito, como el de Brasil, Noruega o Colombia, con sus empresas estatales. Es hora de apostar por el futuro de México y de todos los mexicanos”, expresó.
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