Aprehenden a Marilyn, acusada de psiquiatra falsa
CIUDAD DE MÉXICO, 1 de diciembre de 2018.- El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reiteró que en esta nueva etapa de gobierno que inicia en el país no se perseguirá a nadie, pues su administración no apuesta al circo y a la simulación.
En su primer discurso tras su investidura, el Primer Mandatario dijo que si abrirían expedientes dejarían de limitarse a buscar chivos expiatorios como se ha hecho siempre y tendrían que empezar por los de mero arriba, tanto del sector público como privado.
Pero no habría cárceles suficientes y lo más delicado es que se metería al país en una dinámica de fractura, conflicto y confrontación, lo cual llevaría a consumir tiempo, energía y recursos que son necesarios para emprender la regeneración verdadera y radical de la vida pública de México y la construcción de una nueva patria.
En Sesión del Congreso General en el Palacio Legislativo de San Lázaro, López Obrador refrendó esta postura que definió desde su campaña electoral. “No es mi fuerte la venganza y que si bien no olvido, sí soy partidario del perdón y la indulgencia”, subrayó.
Ante diputados y senadores, señaló que en el terreno de la justicia se pueden castigar errores del pasado pero lo fundamental es evitar los delitos del porvenir.
En consecuencia, López Obrador propuso al pueblo mexicano poner un punto final a una terrible historia y empezar de nuevo.
Es decir, “que no haya persecución a los funcionarios del pasado y las autoridades encargadas desahoguen en absoluta libertad los asuntos pendientes”.
Ante lo dicho, la bancada del PAN hizo el conteo hasta el número 43 para exigir justicia en el caso de desaparición forzada de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa.
Como en todos los asuntos de la vida pública del país, el Presidente de México se comprometió a defender con libertad y argumentos su postura del punto final al pasado y ver por trabajar hacia adelante.
Sin embargo, dijo que la ciudadanía tendrá la última palabra sobre estos asuntos que serán consultados con el método popular.
En la transición de una democracia verdadera, López Obrador advirtió que se pondrá fin de la vergonzosa tradición de fraudes electorales, ahora los procesos comiciales serán limpios y públicos y quien utilice la compra de votos y trafique con la pobreza de la gente irá a la cárcel sin derecho a fianza.