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PUEBLA, Pue., 30 de julio de 2025.- La producción del modelo Sedán de la marca automotriz Volkswagen, conocido coloquialmente como vocho, cesó el 30 de julio de 2003, cuando la última unidad salió de las líneas de producción de la planta armadora de origen alemana ubicada en la ciudad de Puebla.
La decisión de dejar de ensamblar al también conocido como escarabajo y que en esa edición se le añadió la nominación Clásico, se dio después de una época complicada para la compañía alemana, con una huelga en puerta y bajos números en sus ventas.
El origen del Volkswagen (VW) Tipo 1, también conocido como sedán, se remonta a la Alemania nazi, donde fue concebido por Ferdinand Porsche a petición de Adolf Hitler, como un coche económico y accesible, de ahí que se le conociera como el automóvil del Pueblo.
Desde su primer diseño se concibió con su forma bombacha, destacando su resistencia, versatilidad, ahorrador de gasolina y por su armado se le consideró anfibio ya que podía desplazarse en terrenos con agua o pequeños arroyos sin complicaciones. Además de que siempre mantuvo un precio accesible.
Aunque su diseño se completó en 1938, la producción a gran escala se retrasó debido a la Segunda Guerra Mundial, donde fue utilizado por el ejército alemán.
En 1954, el VW Tipo 1 llegó a México como un vehículo importado, pero su producción local comenzó en 1967 en la planta de Volkswagen ubicada en Puebla. Con el tiempo al Sedán le añadieron el mote de Vocho.
El primer vocho se ensambló el 23 de octubre de 1967 y a partir de 1996 fue la de Puebla la única planta del mundo que fabricaba el sedán clásico.
La planta armadora de la Angélopolis se convirtió en la fábrica que más tiempo produjo el vocho en el mundo, con más de 1.6 millones de unidades fabricadas hasta su cese de producción en 2003.
Con el tiempo, este modelo se ganó un lugar especial en el corazón de los mexicanos, convirtiéndose en un símbolo de la cultura popular y un medio de transporte accesible y confiable, especialmente por su versatilidad y durabilidad, aunado a su diseño simple, su fácil mantenimiento y su capacidad para adaptarse a diferentes terrenos lo hicieron ideal para las calles mexicanas.
A lo largo de su producción en México, el vocho tuvo varias ediciones especiales, como el vocho jeans y el vocho arlequín, que añadieron un toque de originalidad y diversión.
El 30 de julio de 2003, los directivos de Volkswagen decidieron que se fabricaría el último escarabajo del mundo y se ensambló en la planta de Puebla, México.
La pérdida del automóvil del Pueblo impactó a muchos mexicanos, pues ese vehículo creó historias entre familias y jóvenes. El típico dicho Todo cabe en un jarrito, sabiéndolo acomodar, se adecuó a todo cabía en un vochito, sabiéndolo acomodar.
Fue el 10 de julio de 2003 cuando se hizo el anuncio del cese mundial del Sedán Clásico en la planta VW en Puebla. El último diseño contó con un motor de 1.6 litros de gasolina, inyección electrónica y 46 caballos de fuerza.
En 1991, su precio descendió un 20 por ciento, convirtiéndose en el vehículo más barato y con mayor producción en el mundo, pero su diseño ya necesitaba un cambio. El New Beetle, versión moderna del vocho, se presentó en 1995 y también se produjo en Puebla; así disminuyó la popularidad del automóvil del pueblo y sus ventas bajaron para el nuevo milenio.
A comienzos del siglo 21, la creciente oferta automotriz era novedosa y moderna, contra el estilo clásico del VW Tipo 1. Para junio de 2003, sus ventas disminuyeron un 21 por ciento y hubo una crisis en la exportación; su rendimiento bajó 13 por ciento, comparado con el 2002, y no parecía mejorar.
El 30 de ese mes, las ganancias marcaron una catastrófica caída del 58 por ciento. Para enfrentar las pérdidas, Volkswagen anunció el despido de dos mil trabajadores en Puebla y la conversión de la semana laboral en 4x3 (cuatro días de trabajo y tres de descanso), siendo una reducción del 20 por ciento en el salario.
Los trabajadores sindicalizados se negaron a tales decisiones y surgió la amenaza de huelga. Casi 10 mil colaboradores demandaron aumento salarial y protección contra despidos, mientras la inestabilidad en la planta generó un efecto dominó en proveedores y concesionarias.
Para el 17 de agosto del 2003, tras un mes y medio de negociaciones, se acordó aumentar los salarios un 5.25 por ciento, sin despidos, y se aplicó la jornada 4x3, pero el destino del VW Tipo 1 ya estaba marcado.
Ejecutivos y trabajadores de la planta VW de Puebla se reunieron para la producción del último vochito del mundo. Después de descontinuar ese modelo, al menos 300 empleados fueron reasignados para atender la fabricación del Jetta y Beetle.
El 10 de julio del 2003 se anunció la última línea de vochos. Llegó el momento de despedir al legendario modelo del siglo 20.
Las unidades de Última Edición fueron de color azul celeste, con una franja blanca en las llantas y acabados en cromo. Se fabricaron tres mil vehículos, con un costo de 84 mil pesos; su venta se agotó en cuestión de días y, a pesar de la demanda, se aseguró que el modelo no volvería a producirse.
La colección se planeó –exclusivamente– para el mercado mexicano, pero varios vochos Última Edición se enviaron a Alemania para coleccionistas y amantes del sedán clásico.
El adiós llegó el 30 de julio del 2003. El vocho número 21 millones 529 mil 464 salió de la línea de armado, mientras unos mariachis tocaban El son de la negra, La Diana y Las Golondrinas para despedirlo.
En su placa venía su número de serie, fecha y sitio de elaboración. En el parabrisas decía Último Sedán del Mundo y su precio habría sido invaluable, pero nunca estuvo a la venta: de inmediato se embarcó hacia Alemania, al AutoMuseum Volkswagen (Autostadt), en la ciudad de Wolfsburgo.