Imperativo, estudio y reflexión sobre IA en la justicia: Guerra Álvarez
CIUDAD DE MÉXICO, 10 de marzo de 2020.- La iniciativa del Gobierno de México para alcanzar la autosuficiencia alimentaria en maíz establece avanzar en la agricultura comercial y atender a la agricultura de subsistencia, a través de la aplicación de semilla mejorada, buenas prácticas agrícolas, sistemas de riego, paquetes tecnológicos, fortalecer el extensionismo, la asistencia técnica y la vinculación con el mercado.
Así lo afirmó el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, quien aseguró que en esta convergencia de los avances tecnológicos con el conocimiento ancestral: sistema tradicional de la milpa, es posible aumentar la rentabilidad de maíz por unidad de superficie y pasar de las 3.4 toneladas por hectárea a las seis o siete toneladas.
En el marco del Foro EF Agro: para entender el sector alimentario, el titular de Agricultura señaló que ya se cuenta con una red integrada por 300 mil pequeños y medianos productores de maíz, que suman más de un millón de hectáreas en las que se aplican buenas prácticas agrícolas, con el acompañamiento de instituciones y centros de investigación.
En la cuarta edición del foro, el secretario Víctor Villalobos precisó que ya operan programas que intervienen en este esquema: Producción para el Bienestar; Precios de Garantía, orientado a impulsar la producción, y Fertilizantes, que el Gobierno de México inició en el estado de Guerrero y este año lo extenderá a Puebla, Tlaxcala, Morelos y Estado de México.
Indicó que en el país se cultivan alrededor de 8.5 millones de hectárea del cereal, esto es, el 30 por ciento de la frontera agrícola, lo que nos ubica como el principal consumidor de maíz en el mundo, con el consumo per cápita estimado en ocho tortillas por habitante.
Mexico, refirió, es centro de origen y domesticación del maíz, y actualmente cuenta con más de 28 mil acepciones del cereal, recursos que se complementan con la aplicación de las tecnologías apropiadas, a fin de incrementar la producción de maíz de forma sustentable y responsable con los recursos naturales: agua y suelo.