Cerramos la etapa del institucionalismo neoliberal, considera Monreal
CIUDAD DE MÉXICO, 20 de febrero de 2018.- Dos empresarios quienes supuestamente participaron en una triangulación de recursos para beneficiar al precandidato presidencial de Por México al Frente, Ricardo Anaya, denunciaron ser objeto de hostigamiento, según lo relatado por su abogado Joaquín Xáman McGregor.
En conferencia de prensa el representante jurídico de Alberto N y Daniel N, de quienes dijo se reservaba su identidad por seguridad, refirió que sus clientes han sido acosados, y sus domicilios fueron allanados y cateados por desconocidos presuntamente como una medida de presión por haber participado en la trasferencia de recursos producto de la venta de una nave industrial con un valor de 54 millones de pesos.
Xáman Mcgregor refirió que entre 2016 y 2017 sus clientes habrían sido contratados por el empresario queretano Manuel Barreiro Castañeda para hacer llegar recursos al entonces dirigente nacional de PAN por medio de la presunta simulación de la venta de una nave industrial propiedad de su empresa.
“Lo que es un hecho es que los fondos provinieron del señor Manuel Barreiro y que después de múltiples transferencias por paraísos fiscales acabaron en la empresa Junsierra SRL de CV misma que a decir de Ricardo Anaya es de su propiedad y de su familia política.
“Para ocultar el origen del dinero, así como a su beneficiario final, Manuel Barreiro les encargó a mis clientes constituir un esquema, en el que utilizaran una empresas fantasma o fachadas, construida por prestanombres o testaferros, a través de las cuales se hicieran triangulaciones económicas en distintas partes del mundo para perder el rastro del origen de los recursos, estratagema que culminaría con la recepción de los 54 millones de pesos por la empresa propiedad de Ricardo Anaya”, relató el abogado quien dijo que estas versiones forman parte de las declaraciones que sus clientes presentaron en la denuncia interpuesta ante la Procuraduría General de la República.
De acuerdo con el abogado, a la sociedad financiera formada por sus clientes, identificada como Tesoren, llegaron los 54 millones de pesos propiedad de Manuel Barreiro, los cuales fueron transferidos a la empresa fantasma Manhattan Master Plan Development con el objetivo de volver a comprar una propiedad que dos años antes había sido vendida por Barreiro, presuntamente en 10 millones de pesos, a la empresa de Ricardo Anaya.