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El director ejecutivo de la Cultura de la delegación Miguel Hidalgo, Alfredo Reynoso Ruiz agradeció al cónsul de Japón en México, Masayuki Udogawa, y al presidente de la Asociación Mundial de la Campana de la Paz, Alejandro Álvarez, la deferencia del gobierno de esa nación, al escoger ese parque como sede del símbolo mundial de la paz.
Dijo que la campana simboliza el deseo y la esperanza de que nunca se vuelva a utilizar “estos mortíferos y criminales instrumentos de guerra diseñados para matar indiscriminadamente a miles de personas”.
Ante la comunidad japonesa que habita en la ciudad de México y su representante Yoshi Kamba, subrayó que ese símbolo debe mover a todo el mundo, a recordar de manera permanente que “los conflictos deben ser resueltos de manera pacífica, mediante la razón y bajo la tutela de las leyes internacionales y la mediación de los organismos multinacionales”.
Cabe mencionar que con apoyo de Yoshi Kambayeshi y el presidente de esa asociación, Alejandro Álvarez, se repuso la campana que hace tiempo había sido robada, y que este fin de semana se tañó en el Parque Lira, la copia del original instalada en la ONU.
En la exposición fotográfica inaugurada se exhibieron 24 cromos impresos de noticias y fotografías de las secuelas que dejaron las bombas atómicas que Estados Unidos dejó caer en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki.
Posteriormente, se transmitió un video de Tsutomu Yamaguchi, sobreviviente de las dos bombas atómicas, y quien falleció a los 97 años, el 4 de enero de 2010.
A su vez, Yoswaki Yamashita, único sobreviviente del bombardeo a Nagasaki, expuso sus amargos recuerdos y experiencias en la conferencia “No más bombas ni plantas nucleares”, en la Ex Capilla de Guadalupe.
El señor Yamashita, quien se sintió atraído por México y su historia, contó que fue voluntario mexicano en las Olimpiadas de Japón de 1964 y que a finales del siglo XX se naturalizó mexicano.
Desde entonces, dijo, se ha dedicado a difundir las consecuencias de la bomba atómica y apoyando la abolición de armas y plantas de energía nuclear.
Durante el evento, Alejandro Álvarez retomó el mensaje enviado por el presidente de la ONU, con motivo del Día Mundial de la Paz que se celebrará el próximo 21 de agosto, en el que se invita a todos los combatientes del mundo a deponer las armas y buscar soluciones pacíficas a los conflictos en que están involucrados.
El tema de la ONU para le celebración del Día Mundial de la Paz, es trabajar por “una paz sostenible, para un futuro sostenible”, refirió Álvarez.
La primera Campana de la Paz se instaló por primera vez en 1954, en la sede de las Naciones Unidas, y hasta la fecha sólo se han instalado en 21 ciudades del mundo.
Esa pieza, símbolo de la paz de las Naciones Unidas, fue moldada el 24 de noviembre de 1952 y fue un regalo oficial del pueblo japonés a la ONU, hecho el 8 de junio de 1954.
La campana fue donada por Japón en un momento en que este país aún no había sido oficialmente admitido en las Naciones Unidas.
La pieza simbólica que fue proyectada por Chiyoji Nakagawa, fue enviada a Osaka en el marco de la Expo Osaka 70, posteriormente fue devuelta a su ubicación permanente en la ciudad de Nueva York, dentro del área de territorio de las Naciones Unidas.
La campana original pesa 116 kilogramos, con una altura de un metro y 0,6 metros en la base. El metal fue obtenido de las monedas donadas por los delegados de 60 naciones que asistieron a la 13 Conferencia General de Asociaciones pro Naciones Unidas, celebrada en París, Francia en 1951.
En un costado se encuentra inscrita una leyenda en caracteres japoneses que dice: “Larga vida a la absoluta paz mundial”. En la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, la campana está puesta sobre una estructura de madera de ciprés que asemeja a un tradicional santuario sintoísta.
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